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Volvo V40 D2: un atleta nórdico

La nueva berlina sueca, con motor D2 de 115 caballos de potencia, es referencia en consumo y seguridad.

La nueva berlina sueca, con motor D2 de 115 caballos de potencia, es referencia en consumo y seguridad.
Volvo V40 D2 Summum

El Volvo V40 D2 entra por los ojos, por fuera y por dentro y da la batalla contra los modelos de las marcas Premium como Audi, BMW o Mercedes. Nada que envidiar a los alemanes en acabados, ergonomía y equipamiento, tres pilares básicos cuando nos acomodamos al volante. Tampoco en habitabilidad, ya que lo borda delante y se quita los complejos detrás.

Nuestra unidad con acabado Summum, el más completo, cuenta con detalles exclusivos, como una tapicería blanca en piel. También ofrece detalles sumamente originales, como el pomo de la palanca iluminado o un cuadro digital con varias configuraciones. El maletero cuenta con 335 litros pero por debajo encontramos un cajón compartimentado que nos ofrece 16 litros más y poder ordenar las cosas.

El modelo probado cuenta con el motor diésel D2, un motor de 1,6 litros, cuatro cilindros en línea y 115 caballos de potencia que homologa 3,6 litros de media, hazaña que entre los suyos nadie supera. En materia de emisiones sólo emite 94 g/km de CO2.

Es un motor suave y refinado en su funcionamiento. El problema es que para recortar el consumo, además del sistema Start/Stop, la gran apuesta ha sido alargar hasta el infinito los desarrollos del cambio de seis relaciones. 

A bajo régimen le cuesta coger pulso y sólo cuando nos acercamos a las 1.700 rpm comienza a latir con ganas. El periodo más dulce no dura mucho, puesto que el momento cumbre llega a 3.600 vueltas. Un ejemplo: carretera nacional, límite a 90 km/h, sexta velocidad. En esas condiciones pisamos el acelerador y la respuesta es muy pobre porque el régimen de giro no engancha con el mejor valor del par motor.

Con todo esto queremos decir que en zonas llanas y sin sobresaltos el consumo es casi de risa (5,6 litros por autopista), pero en zonas de montaña o con curvas habrá que utilizar el cambio, por cierto de tacto exquisito, a discreción.

A nivel dinámico, Volvo quizás haya hecho el vehículo más confortable y relajante del segmento. Es como una balsa de aceite. La dirección no es tan comunicativa y al morro le cuesta más entrar en giros cerrados. 

Donde no encuentra rival el V40 es en materia de seguridad. El Volvo más avanzado de la historia echa el resto en este aspecto. De serie, amén del airbag de peatón y el City Safety, capaz de detener el vehículo automáticamente si detecta un obstáculo por delante. La novedad radica en que es el primero que lo hace hasta los 50 km/h, una velocidad más lógica rodando por ciudad.

Por el resto de asistentes ya hay que pagar aparte, pero son sumamente interesantes. Por ejemplo, el BLIS (Información de Puntos Ciegos) se ha mejorado porque ahora detecta vehículos con más margen de maniobra e incorpora una alerta de tráfico cruzado que nos avisa de la llegada de otro automóvil, bici o peatón cuando salimos marcha atrás de un aparcamiento sin visibilidad. Lo hemos probado a fondo y lo recomendamos, eso sí, si estamos dispuestos a pagar 531 euros.

En definitiva, estamos ante un vehículo atractivo, agradable, confortable, bien hecho y, sobre todo, el más listo de la clase en cuanto a seguridad y consumos se refiere. Parece claro que tiene argumentos sólidos para competir con garantías frente a los gallitos del segmento.

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