Menú

Hyundai Santa Fe 2.2 CRDI 4X4: vale para todo

Es un todocamino exquisito que ofrece siete plazas, un motor de 197 CV y una magnífica calidad.

La tercera generación del Santa Fe cuenta con muchas virtudes para lograr un objetivo claro: captar una cuota de más del 5 por ciento de su segmento en Europa en 2013 y continuar la tradición de éxito. Desde hace doce años, cuando llegó la primera generación se han vendido en todo el mundo nada menos que 2,56 millones de unidades.

Lo primero que sorprende del nuevo Santa Fe es su diseño, una estética poderosa muy americanizada. Pero además de poderoso, es elegante y transmite calidad por los cuatro costados. Las puertas al cerrar, los tiradores, los ajustes interiores, los materiales, el tacto de los interruptores, los cromados mate... Todo lo que mires y todo lo que toques te va a parecer impecable, en cuanto a calidad se refiere.

Pero no, no tiene un interior perfecto porque descubrimos fallitos que hubiera costado muy poco solucionar. Por ejemplo el apoyabrazos central no se desliza ni se eleva para ajustarlo a la postura del conductor, algo muy habitual y muy práctico por ejemplo en Volkswagen. Algunos interruptores importantes están un poco escondidos y la palanca de cambios pilla un poco alejada del volante.

El interior es un prodigio de amplitud, casi como una limusina si viajan cinco y un monovolumen de los grandes si en él van a desplazarse siete ocupantes. Pero también puede convertirse en un todoterreno de gran capacidad si se nos ocurre salir del asfalto y meternos por un camino infernal.

Para agrandar la sensación de luminosidad y amplitud, el acabado Tecno que equipaba el modelo probado tiene techo panorámico de cristal con apertura eléctrica. Y si hablamos de comodidad los asientos son capaces de ajustarse a cada situación o necesidad en menos de un abrir y cerrar de ojos. Los delanteros son butacones casi como el mejor sillón de casa. Los de atrás, también son de buen tamaño y los de la tercera fila están indicados para viajeros de menos de 1,70 de altura y que tengan un cuerpo flexible para acceder a ellos.

El maletero, con las siete plazas ocupadas, no da para mucho, la verdad -277 litros-; si escamoteamos la tercera fila quedan 516 litros y si abatimos la segunda (desde el propio maletero y con solo tirar de una palanca) queda una superficie diáfana de dos metros de largo y 1,20 de ancho con espacio para aburrir.

El motor del Santa Fe, con sus 197 caballos ofrece rendimiento suficiente para mover a los siete ocupantes que alberga su interior. En nuestras pruebas de aceleración han dado como resultado un tiempo empleado en alcanzar los 100 km/h desde parado de 9,5 segundos, incluso mejor que el homologado. El consumo, a velocidad legal de crucero, ronda entre 7 y 9 litros cada 100 kilómetros de media, una cifra normal que puede aumentar notablemente si se abusa de las marchas cortas y en ciudad, al carecer de sistema Start/Stop. Lo único que echaríamos en falta respecto a los mejores vehículos del segmento es un cambio manual más rápido y preciso.

El Santa Fe mide 4,69 metros de largo, 1,68 de alto y pesa dos toneladas, pero a pesar de ser un vehículo en teoría más torpe de lo normal, en Hyundai han conseguido un comportamiento muy sano, predecible y eficaz gracias a un esquema multibrazo trasero y a una suspensión autonivelante de serie que evita que la carga condicione la agilidad.

El todocamino coreano tiene una facilidad innata para internarse por caminos fuera del asfalto, ayudado por un sistema de tracción a las cuatro ruedas totalmente automático.

En cuanto a seguridad, el Santa Fe va provisto de airbag de rodillas para el conductor, alarma de cambio involuntario de carril, control de descenso y de ascenso de pendientes o la cámara de aparcamiento trasero. Todo ello al margen del cuero, el navegador o el xenón.

Temas

En Motor

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura