Nuevo Volkswagen Golf: más Golf que nunca
Pocos coches despierten tanta expectación como un VW Golf. Y la séptima generación nos ha impresionado al mejorar los resultados de sus antecesores.
Las carreteras de la isla italiana de Cerdeña han sido el escenario de esta primera toma de contacto, donde hemos podido probar las versiones 2.0 TDI 150 CV en carrocería de 5 puertas, y 1.4 TS 140 CV con sistema ACT de desconexión de cilindros en carrocería de 3 puertas.
La habitabilidad es buena, aunque en las plazas de atrás hay leves inconvenientes. Para no perder cota de altura, los asientos van en una posición más baja de lo habitual, con lo que entrar y salir es ahora algo más incómodo, todo lo contrario a la tendencia del mercado donde predominan los asientos más elevados. Además, el túnel del tubo de escape tiene mucha altura, por lo que pasar de un lado a otro resulta incómodo.
La carrocería de 3 puertas tiene un buen acceso a las plazas de atrás (los dos asientos delanteros incorporan "memoria"), aunque hay que contorsionarse un poco más por la menor altura libre que deja el marco de la puerta. El maletero ha ganado en capacidad y es de formas muy aprovechables, con una gran anchura útil. Dispone de un doble fondo, que en su posición elevada ofrece un útil hueco inferior de 10 cm de altura.
En marcha con el motor 2.0 TDI llama la atención su comportamiento. La nueva dirección de desmultiplicación progresiva es más directa en terreno de curvas, y está en su punto. Ahora hay 2,75 vueltas de volante entre topes, frente a 3 en el modelo anterior. No hay rastro de subviraje en los giros más forzados cuando entra en acción el sistema XDS de "diferencial" electrónico inaugurado por el antiguo GTI. El equilibrio entre confort y dinamismo es excelente, y el rendimiento de este TDI 150 CV es apabullante.
El motor 1.4 TSI de inyección directa y sobrealimentación únicamente por turbo equipan sistema ACT, mediante el cual funcionan solo 2 cilindros entre 1.400 y 4.000 rpm. Las transiciones 4-2-4 cilindros ya no se notan lo más mínimo. El 1.4 TSI dotado de ACT mejora mucho los consumos y las emisiones respecto al que no lo lleva: pasa de 5,2 a 4,7 l/100 km en el ciclo mixto y de 119 a 109 g/km de CO2. Respecto al comportamiento, lo primero que se nota al pasar del TDI al TSI es la mayor ligereza y precisión de este último.
Los modelos probados contaban con el sistema de selección de perfiles de conducción, que actúa sobre la amortiguación variable DCC, la dirección, la gestión del motor, el control de crucero ACC, las luces y el climatizador. Mediante una tecla en la consola central se pueden seleccionar 5 modos distintos de funcionamiento que aparecen en la pantalla central: Confort, Normal, Eco, Sport e Individual.
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