La Clinica Mobile, el hospital itinerante del Campeonato del Mundo de MotoGP, está en buenas manos con su director, Michele Zasa, que en 2014 tomó el relevo del prestigioso doctor Claudio Costa.
Este hospital itinerante nació en 1977 con el objetivo de dar asistencia médica a los pilotos en las mismas carreras y desde hace seis años está dirigido por el doctor Zasa, que tiene una dilatada carrera en los circuitos tras haber estado al frente del servicio de emergencia del circuito de Imola y ahora como responsable de la Clínica Mobile.
Un centro que durante el Mundial de motociclismo se encarga de velar por la salud de los pilotos y todo el personal del paddock, sobre todo con fisioterapia. Pero en invierno tienen otros trabajos, centrados en la investigación, y ahora, cuando el Campeonato del Mundo todavía no ha podido arrancar oficialmente, sus preocupaciones se centran en luchar contra la pandemia mundial del coronavirus.
Ante esta situación, el doctor Michele Zasa lanza al mundo un mensaje sencillamente desgarrador. "Es la Tercera Guerra Mundial, que la gente lo entienda", dice el prestigioso galeno —como demuestra su currículum— en una entrevista concedida a La Gazzetta dello Sport, insistiendo en lo peligrosa que es la situación y criticando la falta de responsabilidad de las personas que se saltan la cuarentena.
"En la calle todavía ves gente sentada en los bancos, que pasea, que corre. Combatimos contra un ejército invisible, pero a mucha gente le da igual. Sólo están arriesgando que haya mayor número de contagios", explica Michele Zasa en este sentido.
"He visto muchas cosas duras en mi vida como médico, pero esto es otra cosa. Es un estrés constante y muy elevado. También porque debemos seguir unos procedimientos muy rígidos para evitar posibles contagios con los pacientes. En poquísimo tiempo nos hemos encontrado con una situación de emergencia absoluta", reitera.
Asimismo, el director de la Clínica Mobile arremete contra la gente que sigue saliendo a correr a la calle, especialmente en Italia: "El verdadero problema ahora es ver a tanta gente joven que empieza a estar mal. Si sólo se ve la tragedia humana cuando te toca sacarlos de sus casas, quitándoselos a sus familiares... Italia se ha convertido en un país de corredores. ¿Tenemos que llevarlos a ver los muertos? Nosotros, los sanitarios, estamos al límite de nuestras fuerzas. Es la Tercera Guerra Mundial, que la gente lo entienda", suelta indignado.