Ni Rossi, ni ningún piloto... la única persona que ha provocado los abucheos de parte de la afición asistente al Gran Premio de Cataluña celebrado en Montmeló ha sido Carles Puigdemont.
El presidente de la Generalidad de Cataluña ha levantado las iras de parte del público y se ha llevado una sonora pitada cuando subía al podio para entregar el trofeo de ganador al italiano Valentino Rossi, que se impuso en un emocionante mano a mano a Marc Márquez en la categoría reina del Motociclismo. La afición, soberana, dejaba claro a quien iban dirigidos los pitos, ya que cuando Puigdemont abandonó el podio, el público brindó una fuerte ovación a Valentino Rossi, dejando claro que la pitada no iba dirigida al italiano.
Márquez y Rossi firman las paces
Curiosamente, la pitada a Puigdemont en su propia casa, ha sido el único elemento que se ha apartado de la cordialidad reinante en el circuito de Montmeló, en un gran premio marcado por el trágico fallecimiento de Luis Salom.
En un día emotivo, con dedicatoria de los tres ganadores -Jorge Navarro en Moto3, Johann Zarco en Moto2 y Valentino Rossi en MotoGp-, al piloto balear, que fallecía el pasado viernes durante la disputa de los entrenamientos libres, Márquez y Rossi hacían de su pique particular tripas corazón y sellaban la paz con un apretón de manos que llena de satisfacción al motociclismo.