L D (EFE) La experiencia internacional del jugador cedido por el Madrid, su olfato goleado y la costumbre del extremeño de aparecer en las grandes citas le convierten en la mejor arma de los monegascos para conseguir un buen resultado en su estadio, primera condición para alcanzar la histórica final.
A esos siete goles en la Liga de Campeones, el delantero español suma nueve dianas en la Liga doméstica, que han servido para que el conjunto de Didier Deschamps opte a proclamarse campeón en Francia, con permiso del Olympique de Lyon, que ocupa la cabeza con un punto de ventaja. Además del jugador español, Deschamps cuenta con su efectivo al completo a excepción del lesionado Sébastien Squillaci, por lo que todo apunta a que alineará a su equipo de gala. Sin embargo, los monegascos han preferido ponerse la piel de cordero y ceder el favoritismo a sus rivales londinenses, una táctica que aplicaron con éxito frente al Madrid.
El argentino Lucas Bernardi, ausente por sanción durante la gesta que eliminó al Madrid, volverá a liderar el centro del campo del Mónaco, junto con el griego Andreas Zikos. La ausencia de Squillaci podría permitir la alineación del también argentino Hugo Ibarra en la banda derecha de la defensa, ya que Givet, habitual de este puesto, podría trasladarse al centro de la zaga para sustituir al lesionado. Deschamps confiará también en el buen hacer de Ludovic Giuly, una de las revelaciones del torneo y que gracias a su velocidad ha dado un cariz más ofensivo a un conjunto que se basa en la solidez de su bloque. El croata Dado Prso, que con seis tantos es también uno de los principales goleadores de la Liga de Campeones, acompañará en el ataque a Morientes.
Más problemas tendrá para conformar su once de gala el entrenador italiano del Chelsea, Claudio Ranieri, que tiene a seis de sus estrellas entre algodones y cuya participación en el Luis II es dudosa. Entre los interrogantes están el argentino Hernán Crespo, enfermo, y el francés Claude Makelele, tocado en una rodilla, ausentes en el último partido de liga y cuya participación en el encuentro depende de su recuperación. A los dudosos, Ranieri deberá sumar los descartados, como son el portero italiano Carlo Cudicini, el inglés Glen Johnson, el nigeriano Celestine Babayaro, el francés Emmanuel Petit y el croata Mario Stanic.
Pero la constelación de estrellas con al que cuenta el ex técnico transalpino de Valencia y Atlético de Madrid minimiza en gran medida las bajas que, sin bien son de calibre, serán sustituidos por jugadores de no menos valor. Rainieri ha construido un bloque sólido a partir de los extraordinarios jugadores que, a base de talonario, le ha proporcionado el multimillonario ruso Roman Abramovitch, que se ha empeñado en colocar al Chelsea a lo más alto del continente. Si la baja de Makelele podría restar cohesión al centro del campo, la pareja ofensiva formada por el holandés Jimmy Floyd Hasselbaink y el rumano Adrian Mutu convierten al conjunto inglés en un equipo temible.
Alineaciones probables A esos siete goles en la Liga de Campeones, el delantero español suma nueve dianas en la Liga doméstica, que han servido para que el conjunto de Didier Deschamps opte a proclamarse campeón en Francia, con permiso del Olympique de Lyon, que ocupa la cabeza con un punto de ventaja. Además del jugador español, Deschamps cuenta con su efectivo al completo a excepción del lesionado Sébastien Squillaci, por lo que todo apunta a que alineará a su equipo de gala. Sin embargo, los monegascos han preferido ponerse la piel de cordero y ceder el favoritismo a sus rivales londinenses, una táctica que aplicaron con éxito frente al Madrid.
El argentino Lucas Bernardi, ausente por sanción durante la gesta que eliminó al Madrid, volverá a liderar el centro del campo del Mónaco, junto con el griego Andreas Zikos. La ausencia de Squillaci podría permitir la alineación del también argentino Hugo Ibarra en la banda derecha de la defensa, ya que Givet, habitual de este puesto, podría trasladarse al centro de la zaga para sustituir al lesionado. Deschamps confiará también en el buen hacer de Ludovic Giuly, una de las revelaciones del torneo y que gracias a su velocidad ha dado un cariz más ofensivo a un conjunto que se basa en la solidez de su bloque. El croata Dado Prso, que con seis tantos es también uno de los principales goleadores de la Liga de Campeones, acompañará en el ataque a Morientes.
Más problemas tendrá para conformar su once de gala el entrenador italiano del Chelsea, Claudio Ranieri, que tiene a seis de sus estrellas entre algodones y cuya participación en el Luis II es dudosa. Entre los interrogantes están el argentino Hernán Crespo, enfermo, y el francés Claude Makelele, tocado en una rodilla, ausentes en el último partido de liga y cuya participación en el encuentro depende de su recuperación. A los dudosos, Ranieri deberá sumar los descartados, como son el portero italiano Carlo Cudicini, el inglés Glen Johnson, el nigeriano Celestine Babayaro, el francés Emmanuel Petit y el croata Mario Stanic.
Pero la constelación de estrellas con al que cuenta el ex técnico transalpino de Valencia y Atlético de Madrid minimiza en gran medida las bajas que, sin bien son de calibre, serán sustituidos por jugadores de no menos valor. Rainieri ha construido un bloque sólido a partir de los extraordinarios jugadores que, a base de talonario, le ha proporcionado el multimillonario ruso Roman Abramovitch, que se ha empeñado en colocar al Chelsea a lo más alto del continente. Si la baja de Makelele podría restar cohesión al centro del campo, la pareja ofensiva formada por el holandés Jimmy Floyd Hasselbaink y el rumano Adrian Mutu convierten al conjunto inglés en un equipo temible.
Mónaco: Roma; Ibarra, Rodriguez, Givet, Evra; Giuly, Zikos, Bernardi, Rothem; Morientes y Dado Prso o Nonda
Chelsea: Ambrosio; Gallas o Melchiot, Desailly, Terry, Bridge; Lampard, Gronkjaer o Cole, Makelele o Parker, Duff; Hasselbaink y Mutu
Árbitro: Urs Meier (Suiza)
Estadio: Luis II de Mónaco. 20,45 horas