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Moncoutié alegra la cara a los franceses en el Tour en el día de su fiesta nacional

El francés David Moncoutié, del equipo Cofidis, ha alegrado la fiesta nacional del 14 de julio con un bonito triunfo en solitario en la duodécima etapa del Tour, disputada sobre 187 kilómetros entre Briançon y Digne-les-Bains. Moncoutié ha aventajado en 57 segundos a sus compañeros de fuga, entre ellos el español Ángel Vicioso (Liberty), que ha sido tercero. La general no registra cambios en sus primeros puestos y Lance Armstrong sigue un día más como líder.

El francés David Moncoutié, del equipo Cofidis, ha alegrado la fiesta nacional del 14 de julio con un bonito triunfo en solitario en la duodécima etapa del Tour, disputada sobre 187 kilómetros entre Briançon y Digne-les-Bains. Moncoutié ha aventajado en 57 segundos a sus compañeros de fuga, entre ellos el español Ángel Vicioso (Liberty), que ha sido tercero. La general no registra cambios en sus primeros puestos y Lance Armstrong sigue un día más como líder.
L D (EFE) Moncoutié ha alegrado la cara a los franceses, ávidos de momentos como éste, y se ha convertido en el decimoquinto ciclista galo que gana en tan señalado día desde 1947. Lo ha hecho a su estilo, atacando de lejos y aguantando en solitario el acecho inminente de un grupo de seguidores, en este caso siete, donde iban tres españoles: Vicioso, el campeón de España Juan Manuel Gárate (Saunier Duval) y José Luis Arrieta (Illes Balears). Así se impuso en la pasada edición en Figeac y con ese recuerdo se creció para hasta alzar los brazos en Digne con un tiempo de cuatro horas, 20 minutos y seis segundos. Se convertía en el sucesor del añorado Richard Virenque, que hace justo un año se unió al festejo con una de sus exhibiciones en Saint Flour.

El corredor del Cofidis, de 30 años, se apunt así la victoria número 12 en su palmarés, y la segunda de la temporada. Ya dejó su sello recientemente en la Vuelta al País Vasco con un triunfo en La Lejana. El pelotón con los favoritos terminó el paseo bajo el sol a 10:30, con el australiano Robbie McEwen al frente. Después de dos etapas exigentes en los Alpes, hubo descanso, pacto de no agresión y ahora a esperar a los Pirineos, donde están previstas las próximas batallas. La general, sin cambios, siempre con el estadounidense Lance Armstrong de amarillo con 38 segundos sobre el danés Rasmussen y 2:43 respecto al francés Christophe Moreau. El primer español, Alejandro Valverde, es quinto a 3:16.

La etapa comenzó con la baja del belga Tom Boonen, el maillot verde, víctima de una caída el día anterior. Luego le tocó el turno de marcharse a casa al español Manuel Triki Beltrán, uno de los más fieles gregarios de Armstrong en la montaña, que ponía así fin a su tercera participación en el Tour de Francia. Dos etapas alpinas de desgaste bien merecían un descanso de los favoritos del pelotón y a fe que lo consiguieron a base de consentir escapadas benignas, esta vez numerosas. A la primera se apuntaron nueve, con los españoles Flecha y Alberto Contador en la expedición, en la segunda y definitiva ya eran 13, también con representación hispana. Se unen José Luis Arrieta, Gárate y Vicioso.

En la excursión, que nacía en el kilómetros 68, había nombres ganadores de etapa, como el noruego Thor Hushovd, el australiano Stuart O'Grady y los franceses Moncoutié y Halgand. En el Col de Labouret (kilómetro 115) disponían de casi cinco minutos de adelanto respecto a un pelotón donde hubo de despertar el Davitamon Lotto, pensando en el maillot verde de McEwen, aunque de manera efímera. En el ascenso al Col de Corobin (segunda categoría), la cuarta dificultad del trayecto, atacó Moncoutié y coronó en solitario con 35 segundos sobre un grupo donde aguantaban el tirón los tres españoles de la fuga más el belga Axel Merckx, el italiano Pellizotti, Halgand, y Casar. A partir de ahí se inició el juego de la persecución contrarreloj.

Moncoutié, en el Cofidis desde que pasó a profesionales en 1997, se lanzó en el descenso como un rayo, sin mirar atrás, convencido de sus fuerzas, y sobre todo, de sus antecedentes. Supo administrar una renta en torno al medio minutos. Por detrás el grupo de Vicioso, Gárate y Arrieta se dejaba el alma por anular la fuga, pero no había manera. Se producían saltos, pero el francés no cedía. Un pequeño puerto de cuarta categoría, el alto del Orme, a 10 kilómetros de meta, tampoco sirvió para que le temblaran las piernas a Moncoutié, que se presentó en meta orgulloso de concretar su ambición y su pundonor en una simbólica victoria. No fueron suficientes tres españoles en una escapada de siete para aplazar la fiesta francesa.

Este viernes el Tour vuelve al llano con la disputa de la decimotercera etapa entre Miramas y Montpellier, de 173,5 kilómetros. Tan sólo una pequeña dificultad de cuarta categoría en el kilómetro 22. Los esprinters tienen la oportunidad de volver al combate.

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