Molina y Palop se convierten en protagonistas y Deportivo y Sevilla firman un empate que deja todo igual

(Libertad Digital) Hasta nueve bajas sufría el Dépor, lo que obligó a Caparrós a buscar una solución de urgencia ante su ex equipo, frente al que tuvo que alinear una defensa inédita con tres laterales y un centrocampista, el canadiense De Guzmán. A las bajas de Manuel Pablo y del argentino Coloccini por sanción, y la Andrade por lesión, se unían las de César en el último entrenamiento, y la de Juanma, que se resintió de sus molestias físicas en el calentamiento previo al encuentro, lo que dejaba en cuadro la zaga deportivista.

Si el Deportivo partió con el hándicap de las bajas, el Sevilla de Juande Ramos lo hizo distraído por el partido que el próximo jueves le enfrentará al Schalke 04 en la ida de las semifinales de la Copa de la UEFA. Europa no sólo fue el telón de fondo del encuentro por el compromiso de los sevillanos ante el Schalke, sino también por el hecho de que tanto andaluces como gallegos se jugaban parte de sus aspiraciones a estar la próxima temporada en las competiciones continentales. Y fueron los deportivistas los que encararon el encuentro con mayor ambición, pese a que también tenían mermado el ataque por la baja de Arizmendi, que Caparrós compensó con la entrada en el once del canterano Xisco.

Los blanquiazules, con Iago dirigiendo al equipo en la media punta, probaron fortuna a los seis minutos con un disparo lejano de Munitis que Palop desvió con muchos problemas a saque de esquina. El Sevilla apostó en su visita a Riazor por el contragolpe como arma ofensiva aprovechando la velocidad de Adriano y de Saviola, que incomodó a la zaga del Deportivo, aunque no así a Molina. El encuentro entró en una fase de juego anodina, con los andaluces sin pegada y los deportivistas sin presencia en ataque, hasta que Sergio, a cuatro minutos para el descanso, trató de sorprender a Palop con otro disparo lejano que el meta visitante logró despejar con dificultad.

Los lanzamientos desde fuera del área siguieron protagonizando el encuentro en el inicio de la segunda mitad, en la que Adriano dispuso de la primer disparo de los andaluces entre los tres palos, aunque Molina volvía a salvar los muebles para su equipo. El Sevilla llevaba más peligro en los primeros compases de la reanudación que en todo el primer periodo, aunque después del intento de Adriano volvía a encontrarse con Molina tanto en un lanzamiento colocado de Maresca, como en otro disparo de Jesús Navas, que a punto estuvo de sorprender al meta local tras un córner. Molina cerró su excelente actuación ante un tiro de Saviola tras un mal despeje de Héctor, que casi le provoca un disgusto como el del Bernabéu, y frenando las acometidas de Fernando Sales y Luis Fabiano, ya con el partido a punto de finalizar.