Millar imparte una lección en Córdoba y se adjudica la decimoséptima etapa de la Vuelta

L D (EFE) Millar, un consumado especialista en la contrarreloj - segundo en las de Zaragoza y Albacete-, tenía marcada esta etapa para apuntarla en su palmarés, pero según explicaba, tenía dudas sobre dónde atacar. Lo hacía en pleno ascenso al Alto de San Jerónimo, a unos 15 kilómetros de meta y acertó. El escocés, de 26 años, coronaba en cabeza y se lanzaba como un cohete hacia la meta cordobesa, sin dar la más mínima opción a los otros cuatro componentes de la escapada buena del día desde los primeros metros del único puerto de la jornada. Fue aumentando su ventaja para presentarse vencedor con un tiempo de tres horas, 58 minutos y dos segundos, con 36 de ventaja sobre Alberto Martínez, Óscar Sevilla, Michael Rasmussen y Unai Osa. El pelotón se presentaba en un puñado de segundos con Zabel al frente. Un día más se ha rodado a una velocidad muy alta de 47,489 kilómetros por hora. La general no registra cambio alguno con el líder más cerca de alcanzar su sueño en Madrid. Los favoritos pasan otra página en espera de las etapas en la sierra madrileña y sobre todo de la cronoescalada de Abantos.

La etapa ha ofrecido mucho calor y ritmo elevado desde el banderazo de salida, con constantes intentos de fuga. El primero que cristalizaba incluyó a 19 corredores con una buena nómina de rodadores, lo que hizo pensar en que la aventura podía prosperar. Allí viajaban, entre otros, Chente García, Toni Tauler, Aitor Osa, José Enrique Gutiérrez, Díaz Lobato y Óscar Laguna. El Phonak de Álvaro Pino no incluyó corredor alguno en el corte y se vio obligado a espabilar al pelotón con un ritmo muy elevado que permitió de nuevo la unión en el kilómetro 120. Casagranda, Nieto, Ferrío y Silva pasaron a la acción para animar la fiesta una treintena de kilómetros, con los Kelme y los Milaneza al tanto de la jugada. En el primer paso por Córdoba la etapa ya olía a llegada masiva. El pelotón rodaba con más de treinta minutos de adelanto, a una media superior a los 45 por hora. Había prisa por terminar para arreglarse y tomar el AVE rumbo a Madrid. El ONCE-Eroski echó una mano como gesto para la galería, con el líder siempre a buen recaudo. Mientras, Pedro Horrillo, sufría descolgado y herido por una caída y el Phonak arreglaba con Aebersold el cuarto pinchazo de un día que les salió torcido.

El ascenso al Alto de San Jerónimo descartaba al italiano rey del esprint, Alessandro Petacchi, incapaz de afrontar las cuestas de un pequeño puerto de tercera. Allí David Millar metió el turbo a tres kilómetros de la cima dejando la compañía de Sevilla, Mercado, Martínez, Unai Osa y Rasmussen. En solitario y con la meta a 12 kilómetros, se inició el juego de la persecución. En el descenso del puerto Mercado se dejó caer a un pelotón que marchaba a 39 segundos de Millar, donde el Milaneza trabajaba a destajo para la llegada de Ángel Edo mientras Zabel sudaba cada pedalada cada vez más lejos del grupo principal. El escocés ofrecía una lección de descenso, arriesgando la piel en cada curva rodando como si se estuviese jugando una contrarreloj del Tour. Ha resultado imposible dar caza a a Millar, disparado como un bólido hacia la meta de Córdoba, en un alarde de clase a más de 70 por hora. Llegaba a meta celebrando el triunfo con antelación. Era la tercera victoria en la Vuelta de un hombre que será el líder del Cofidis las dos próximas temporadas.

La Vuelta salta desde Córdoba hasta la localidad madrileña de Las Rozas, salida y final de la decimoctava etapa, de 143,8 kilómetros de viaje en los que los corredores podrán disfrutar de un día de transición antes de afrontar las etapas en la sierra. Será una jornada sin dificultad alguna y propicia para las escapadas y la llegada al esprint.