L D (EFE) Para el argentino, las tímidas críticas que la grada del Camp Nou dedicó al brasileño son injustificadas: "Creo que el público está con él, y si no, debería estarlo por todo lo que ha dado al club". Messi, el más destacado del partido de la Liga de Campeones y artífice de los dos primeros goles, destacó a Ronaldinho como "el mejor del mundo", un futbolista "importantísimo y fundamental" en el equipo azulgrana. "Es un jugador impresionante. Puede tener su mejor o peor partido, pero siempre quiere lo mejor para el equipo y no podemos olvidar todo lo que le ha dado al Barcelona. Si él está bien y rinde, el equipo también rinde más. Él da movilidad al equipo", añadió.
Ronaldinho ha sido sustituido por su entrenador en tres de los cuatro partidos oficiales disputados esta temporada. Ante el Olympique, el brasileño dejó el campo con gesto contrariado, algo "normal" según Messi, quien recordó que "a nadie le gusta salir, a mí tampoco, ni a Henry, ni a nadie". Más allá de la situación del '10' azulgrana, Messi rechazó la etiqueta de salvador del Barcelona después del decepcionante empate ante Osasuna. Tampoco quiso erigirse en el líder del equipo y se declaró "uno más de este grupo que quiere lo mejor para el Barcelona".
Ante el Lyon, "las cosas salieron como queríamos", en palabras del argentino "ante un rival muy duro", por lo que el resultado "no fue engañoso" en la medida en la que "tuvimos muchas ocasiones de gol". Messi también expresó su deseo de que el Barcelona siga logrando "resultados positivos" después de una racha irregular. "Para el público, quizá no veníamos jugando bien, pero ayer se jugó muy bien y se ofreció una buena imagen".
Lejos de obsesionarse con las entradas de los rivales, Messi dejó en manos de los árbitros el control del juego duro que a veces sufre. "El colegiado es quien manda dentro de la cancha", recordó. Tampoco la posibilidad de ganar este año el Balón de Oro, premio al que podría optar junto a candidatos como Kaká (Milan) o Cristiano Ronaldo (Manchester United), le quita el sueño al argentino. "Sólo pienso en que el Barça esté bien", apostilló.
Ronaldinho ha sido sustituido por su entrenador en tres de los cuatro partidos oficiales disputados esta temporada. Ante el Olympique, el brasileño dejó el campo con gesto contrariado, algo "normal" según Messi, quien recordó que "a nadie le gusta salir, a mí tampoco, ni a Henry, ni a nadie". Más allá de la situación del '10' azulgrana, Messi rechazó la etiqueta de salvador del Barcelona después del decepcionante empate ante Osasuna. Tampoco quiso erigirse en el líder del equipo y se declaró "uno más de este grupo que quiere lo mejor para el Barcelona".
Ante el Lyon, "las cosas salieron como queríamos", en palabras del argentino "ante un rival muy duro", por lo que el resultado "no fue engañoso" en la medida en la que "tuvimos muchas ocasiones de gol". Messi también expresó su deseo de que el Barcelona siga logrando "resultados positivos" después de una racha irregular. "Para el público, quizá no veníamos jugando bien, pero ayer se jugó muy bien y se ofreció una buena imagen".
Lejos de obsesionarse con las entradas de los rivales, Messi dejó en manos de los árbitros el control del juego duro que a veces sufre. "El colegiado es quien manda dentro de la cancha", recordó. Tampoco la posibilidad de ganar este año el Balón de Oro, premio al que podría optar junto a candidatos como Kaká (Milan) o Cristiano Ronaldo (Manchester United), le quita el sueño al argentino. "Sólo pienso en que el Barça esté bien", apostilló.