Nada volverá a ser igual en el garaje de los Red Bull después del Gran Premio de Estambul. Ríos de tinta correrán sobre lo ocurrido en pista entre los dos pilotos de la escudería austriaca. A quince vueltas para el final y cuando en el box ya preparaban la celebración del doblete de los suyos, Sebastian Vettel lanzó un ataque sobre su compañero. Cuando el alemán ya casi tenía superado a Webber y tenía la zona buena, el australiano cerró la puerta y envío a Vettel a la pucelana dejándole fuera de carrera. Los gestos de Vettel tras bajarse del monoplaza lo decían todo: giraba su dedo, pensando seguro, si su compañero se había vuelto loco. Webber consiguió mantenerse en pista y, aunque tuvo que cambiar el morro de su coche, mantuvo también la tercera plaza, lo que le permite seguir siendo líder en la clasificación general. Los tambores de guerra han empezado a sonar en Red Bull, ahora sólo hace falta ver cómo gestiona el equipo esta batalla de egos.
Sin embargo, no fue la de Vettel y Webber, la única disputa entre compañeros de equipo. Tras el incidente de los Red Bull, Button aprovechó las finas gotas de lluvia que comenzaron a caer sobre Istanbul Park para intentar robarle la primera posición a Hamilton. Los dos pilotos de Mclaren intercambiaron posiciones en una vuelta que nos trasladó a las carreras de antes y de la que finalmente salió victorioso Lewis Hamilton. El inglés ha firmado su primera victoria de la temporada y ya es tercero en la general a cuatro puntos de Button, que es segundo.
La mala fortuna de los adversarios de Fernando le mantiene con opciones en el Campeonato a pesar del decepcionante Gran Premio de Ferrari. Esta vez no hubo remontada ni tampoco milagro. El F10 de Fernando Alonso sólo pudo optar a luchar con los equipos menores de la parrilla y ver cómo sus adversarios, Red Bull y McLaren, rodaban por delante sin poder hacer nada al respecto. Alonso sólo pudo medirse y superar en una bonita lucha al Renault de Petrov a pocas vueltas del final, el resto de adelantamientos, el de Kobayashi y Sutil fueron en el pit stop. A pesar de haber salido en la duodécima posición, la octava plaza del asturiano es decepcionante y genera un sin fin de interrogantes sobre los verdaderos problemas que tienen en Maranello. Dice Alonso que la única explicación a un resultado que les aleja del Campeonato es que el coche no iba tan rápido como preveían, que no existe otra explicación.
Los problemas empezaron el sábado cuando por sorpresa para todos el Ferrari de Fernando no conseguía superar la Q2. No es cosa sólo del coche del español, Felipe Massa, que ha ganado en Istanbul Park en tres de las cinco ocasiones en que se ha corrido allí, fue séptimo, siempre por detrás del Renault del polaco Kubica. Parece como si los monoplazas de los del Cavallino Rampante acusaran una falta de prestaciones. El tiempo se acaba para Ferrari. Es urgente dar con los avances que conviertan al F10 en un coche competitivo que no dependa de la fortuna del resto de equipos.