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McEwen vuelve a ganar al esprint en el Tour para empatar a dos victorias con Tom Boonen

El australiano Robbie McEwen, del Davitamon Lotto, ha empatado a dos victorias con su rival belga Tom Boonen en el Tour de Francia al imponerse al esprint en la séptima etapa, disputada sobre un recorrido de 228,5 kilómetros entre Luneville y la localidad alemana de Karlsruhe. No se ha registrado variación alguna en la clasificación general, por lo que Lance Armstrong conserva el maillot amarillo de líder por cuarto día consecutivo.

El australiano Robbie McEwen, del Davitamon Lotto, ha empatado a dos victorias con su rival belga Tom Boonen en el Tour de Francia al imponerse al esprint en la séptima etapa, disputada sobre un recorrido de 228,5 kilómetros entre Luneville y la localidad alemana de Karlsruhe. No se ha registrado variación alguna en la clasificación general, por lo que Lance Armstrong conserva el maillot amarillo de líder por cuarto día consecutivo.

L D (EFE) El campeón de Australia ha vuelto a explotar su ingenio en el momento decisivo para elevar los brazos en vencedor. Remataba el excelente trabajo de su equipo, siempre dando la cara por su líder, con un tiempo de cinco horas, tres minutos y 45 segundos. Se trata de un triunfo simbólico en la ciudad donde han nacido Von Karl de Sauerbron, inventor de la bicicleta; Karl Benz, pionero del automóvil; y el físico Heinrich Hertz, descubridor de las ondas electromagnéticas. La segunda plaza ha sido para el sueco del Liquigas Magnus Backstedt y la tercera para el austriaco de La Francaise Bernhard Eisel. Boonen sólo ha podido ser séptimo y el español Juan Antonio Flecha se metía décimo. Isaac Gálvez (Balears) se fue al suelo en la recta de la llegada masiva.

Los favoritos han salvado el día y han guardado fuerzas ante la inminente llegada de la montaña en una jornada en la que no ha faltado el correspondiente chaparrón. Armstrong se mantiene al frente con las mismas diferencias, es decir, 55 segundos sobre su compañero del Discovery George Hincapie y 1.02 sobre el kazako Vinokurov. El asturiano Chechu Rubiera es el primer español, sexto, a 1.14.

El Tour visitaba Alemania por undécima vez y es por ello que alguno de los 16 germanos del pelotón tenía en mente inventar alguna hazaña ante sus compatriotas. Se animó un joven escalador de 25 años de nombre Fabian Wegmann allá por el kilómetro 43. Al corredor del Gerolsteiner se le pegó a rueda McEwen, pero éste desistió cuando pensó fríamente que su guerra es la de cazar etapas y el maillot verde. Y qué bien hizo. Wegmann, rey de la montaña en el pasado Giro de Italia, se armó de fuerza y moral y rodó camino de su país con el permiso de un pelotón donde aún tiraban en cabeza los hombres de Armstrong. En el kilómetro 100 alcanzó la máxima diferencia de 8.30 minutos, y a partir de ahí su jugosa renta se fue diluyendo como un azucarillo. Los Davitamon y los Quick Step engrasaron la máquina de rodar.

El hombre solitario tuvo el honor de cruzar el Rhin y pisar terreno alemán para gozo de la afición que se apostaba en la cuneta, pero las fuerzas empezaron a fallar coincidiendo con la voracidad del gran grupo. A 23 kms de meta terminó el dulce sueño, después de 160 kilómetros a solas con su propio esfuerzo. Como consuelo se llevó dos mil euros en concepto de hombre combativo de la jornada. La gestión de la etapa pasó a los equipos de los hombres bala, es decir, en primer lugar el Quick Step y el Davitamon Lotto, en duelo diario por el esprint. En segundo plano el Credit, Francaise y Cofidis, atentos al fallo de Boonen o McEwen. El Discovery hacía tiempo que se había borrado de la escena, y el T-Mobile aún adelanto unos metros el maillot de Guerini, para alborozo del personal.

En el desenfreno de la meta en Karlruhe y con un grupo muy numeroso en esta ocasión de aspirantes a la etapa, surgió, como siempre, en los últimos metros el maillot de McEwen con los colores de Australia. "Una de mis virtudes es encontrar el camino en la dificultad". No le faltaba razón. Empató con Boonen, con quien no se quiso comparar.

La octava etapa también será larga, con 231 kilómetros ondulados que pueden empezar a castigar las piernas. En los primeros 50, cuatro tachuelas de tercera categoría en el corazón del valle de la Selva Negra y al final, ya en Francia y en la región de Los Vosgos espera un puerto de segunda, el Gerardmer, con 16 kilómetros al 4,4 por ciento de desnivel. Jornada propicia para un hombre todoterreno y aventureros.

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