L D (EFE) Rossi, que no ha concluido la pretemporada como él mismo hubiese imaginado debido a las vibraciones en su moto en la entrada de las curvas, no ha perdido por ello su condición de favorito, si bien es cierto que ante él se presenta un arduo trabajo, ya que muchos de los pilotos que pueden plantarle cara le son ahora unos completos desconocidos y deberá emplearse al máximo para conocer sus puntos fuertes y, sobre todo, los débiles.
Los problemas de rebote en su Yamaha YZR M 1, consecuencia probablemente de los nuevos compuestos de neumáticos -factor que puede acabar siendo determinante a lo largo de la temporada- y también de la evolución lógica de su Yamaha YZR M 1, no parecen quitarle el sueño al campeón de Urbino, que este fin de semana podrá tener una muy buena oportunidad para calibrar las fuerzas reales de sus rivales en un circuito que suele ser clarificador en todos los aspectos. La pista de Jerez es muy exigente y es, además, uno de los trazados en los que más se demanda al chasis, que al final es la base fundamental de la evolución de cualquier moto que despliega en pista más de doscientos cuarenta caballos con alrededor de ciento treinta kilos de peso.
Por esa razón, los resultados que se registren en el circuito andaluz pueden marca una pauta importante de lo que acabará siendo la temporada en la que se alejaron de las pistas pilotos de la talla del brasileño Alex Barros o el italiano Max Biaggi y entraron en el escenario mundialista de MotoGP pilotos como Daniel Pedrosa o el australiano Chris Vermeulen (Suzuki GSV-R). El relevo generacional está servido y con Valentino Rossi en el olimpo de los campeones y ya mirando de refilón a la Fórmula Uno, son muchos, jóvenes pilotos y otros no tanto, que están buscando la oportunidad de sorprender y asestar, de paso, un severo varapalo al campeón mundial.
Gibernau quiere quitarse la espina
El español Sete Gibernau es uno de los que tiene una espina clavada en lo más profundo de su pundonor desde el año pasado por estas fechas, cuando Rossi, en la última vuelta, entró por el interior de la última curva del circuito de Jerez, por la que aparentemente no cabía, y acabó ganando una carrera, la primera del año, cuyo triunfo casi paladeaba el barcelonés, y que a la postre representó un varapalo del que ya no se recuperó en toda la temporada. Ahora la situación es bien distinta. Sete Gibernau dejó su Honda RC 211 V de un equipo satélite como el que dirige el italiano Fausto Gresini para embarcarse en una escudería oficial, la de Ducati, en la que cuenta con todo el respaldo del fabricante italiano y una unidad de la nueva Desmosedici que parece haber experimentado una evolución más que notable, al igual que sus neumáticos Bridgestone.
Algo semejante sucede con Toni Elías, quien cambió su Yamaha YZR M 1 por una Honda RC 211 V, a lo que acumula su año de experiencia, que le debe permitir rendir a un muy alto nivel, lo mismo que puede suceder con Carlos Checa, quien tiene una nueva oportunidad al manillar de la Yamaha YZR M 1, tras dejar su puesto en Ducati a Gibernau, aunque en esta ocasión con neumáticos Dunlop, marca que regresa al mundial de MotoGP con muchas ganas de trabajar y ser competitiva lo más rápidamente posible. Checa y el británico James Ellison serán los pilotos de Dunlop y Yamaha que evolucionarán los neumáticos en el seno de la escudería que dirige el francés Hervé Poncharal, si bien sus opciones parece ser a día de hoy bastante más remotas que las de los representantes de Bridgestone para plantar cara a la todopoderosa Michelin en el mundial de MotoGP.
Además de Pedrosa, que llega de la mano del equipo más potente del mundial, como es el Honda Racing Corporation (HRC) y con el estadounidense Nicky Hayden de compañero de equipo, regresa al mundial el sevillano José Luis Cardoso, quien pilotará una de las Ducati Desmosedici GP6 junto al alemán Alex Hofmann, que recala en el equipo del español Luis D'Antín después de su experiencia al manillar de la Kawasaki ZX RR, en la que le ha sustituido otro joven piloto, el francés Randy de Puniet. Así, Jerez puede ser el punto de partida de un mundial de MotoGP completamente remozado y que ha cambiado en muchos aspectos a sus protagonistas, pero uno, el más importante, el campeón, sigue siendo el mismo, Valentino Rossi.
Lorenzo y Barberá, rivales a batir en 250
Los españoles Jorge Lorenzo y Héctor Barberá se han convertido durante la pretemporada en dos de los principales gallos del gallinero que es el Campeonato del Mundo de 250 c.c., que comienza este fin de semana en Jerez y en el que ambos tienen el mismo objetivo, ser campeones del mundo, pero cada uno lo plasma de una forma muy distinta. Lorenzo, siempre mordaz y directo, no duda en afirmar que su único objetivo para 2006 es ser campeón del mundo y ganar desde la primera carrera, este fin de semana en Andalucia y lo cierto es que con los tiempos en la mano, los realizados a lo largo de todo el invierno, sus palabras e intenciones suenan muy reales y factibles, pero las carreras son otra cosa y ahí intervienen una serie de factores que se escapan a todo control.
Aún así, el cambio de marca protagonizado por ambos, que se encuentran en la escudería de Daniel Amatriain, el año pasado con Honda y éste con Aprilia oficiales, parece haberles sentado bien a ambos, si bien el mallorquín ha sido prácticamente el más veloz y efectivo en casi todos los entrenamientos en los que ha participado. Lorenzo y Barberá no serán los únicos favoritos de la cilindrada, en la que también habrá que tener en cuenta al sanmarinense Alex de Angelis, piloto oficial de Aprilia, pero en el seno de la escudería de Jorge Martínez "Aspar", quien también se perfila como uno de los candidatos al título, dejando entre todos ellos en un segundo plano a los representantes oficiales de Honda.
Tras el paso de Daniel Pedrosa a MotoGP, la marca japonesa Honda parece haber perdido cierto interés en la cilindrada del cuarto de litro y tampoco parece que los pilotos con los que cuenta estén en disposición de plantar cara a sus rivales desde el principio. El argentino Sebastián Porto y el japonés Shuhei Aoyama, nuevo en la categoría y en el campeonato, no parecen entidad suficiente para luchar por el título, como tampoco se presupone la constancia suficiente en la KTM del japonés Hiroshi Aoyama o del sanmarinés Manuel Poggiali para desbancar a la potente armada Aprilia del cuarto de litro, en donde cuenta con quince representantes. Además de Jorge Lorenzo y Héctor Barberá, los 250 c.c. tendrán otros integrantes españoles, el joven Arturo Tizón en la escudería del barcelonés Raúl Romero, Honda BQR, y Jordi Carchano con Aprilia de la escudería Stop and Go.
Thomas Luthi defiende el título en el octavo de litro
En 125 cc el suizo Thomas Luthi (Honda) es el campeón en título y, por tanto, el centro de mira para el resto de pilotos del octavo de litro. Como sucede temporada tras temporada, el abanico de aspirantes es mucho más amplio y a los italianos Mattia Pasini (Aprilia), Simone Corsi (Gilera) o Fabrizio Lai (Honda) hay que unir un buen ramillete de pilotos españoles, encabezados, por derecho propio, por varios de los pilotos de la escudería de Jorge Martínez "Aspar", en la que también está Pasini.
Alvaro Bautista, recuperado para Aprilia tras su paso discreto y gris por Honda, y Héctor Faubel o Sergio Gadea son candidatos a luchar por la victoria casi en cada gran premio, lo mismo que Julián Simón con la KTM o Pablo Nieto, de nuevo sobre una Aprilia. La de 125 c.c. será la representación más nutrida de pilotos españoles, pues también estarán Joan Olivé (Aprilia), Angel Rodríguez (Aprilia), Nicolás Terol (Derbi), Aleix Espargaró (Honda) o Manuel Hernández (Aprilia).