L D (EFE) "Es un nuevo reto para mí, pues hasta ahora siempre he estado en Italia, a pesar de haber recibido ofertas del extranjero. Los tiempos cambian y no dudé ni un momento en aceptar la propuesta del equipo español", ha dicho la jugadora, que este martes estará en Tenerife para ser presentada oficialmente. Maurizia Cacciatori dice que apenas conoce el voleibol español: "Tuve la posibilidad de jugar el pasado año ante el Burgos, en partido de la Liga Europea, pero no pude al estar cumpliendo una sanción. No obstante, viajé con el equipo. Tengo buenas referencias del voleibol español y el Tenerife es uno de los grandes de España, aunque este año no revalidara el título. Espero que mi trabajo contribuya para que vuelva a un primer plano".
La jugadora dice que apenas conoce España, sólo Burgos y Barcelona, pero que le han hablado maravillas. "Me han hablado muy bien de España, del carácter y costumbres de sus gentes, de los monumentos, y he llegado a la conclusión de que italianos y españoles somos muy parecidos. Una de las primeras cosas que haré cuando me traslade a España será visitar el museo de El Prado y si puedo, no me perderé los encierros de toros de los Sanfermines. Los he visto por la tele y me han impresionado", dice. Añade que no es delicada para las comidas y que tampoco una sex-symbol como muchos la han tildado a raíz de que un cámara de la televisión italiana se recreara pasando imágenes de su trasero en lugar de acciones del partido. Cacciatori, en aquella ocasión, se encaró con el cámara en cuestión y ordenó al árbitro del partido que lo echara de la cancha.
"Como italiana tengo debilidad por la pasta, algo que se encuentra prácticamente en todo el mundo y de España lo que más me gusta es la paella. Prefiero el calor al frío. Aunque dicen que soy muy guapa no me gustan las comparaciones. Ultimamente dicen que soy como la tenista Kournikova, algo que no es cierto, pues ella no suele ganar y yo si", bromeaba. Respecto al idioma, dice que no tiene problemas. "Lo entiendo casi todo y hablo un poco. Aprendí castellano en mi época de estudiante". Tampoco dice tener problemas sobre la ropa que utiliza su nuevo equipo. "Es cierto que las braguitas y las camisetas ajustadas se han puesto de moda, pero no tengo ningún problema en volver a los calzones si es lo que utiliza el Tenerife". Lo que peor lleva de su marcha a España es separarse de su novio, el jugador de baloncesto Gianmarco Pozzecco (Fortitudo de Bolonia). "Poco a poco me voy mentalizando de que lo voy a ver menos, algo que no ocurre en su caso. Lo está pasando mal, pero creo que lo superara".
Maurizia Cacciatori nació el 6 de abril de 1973 en Alzatrice, mide 179 centímetros y procede de una familia de deportistas, pues su padre fue portero de fútbol del Perugia y Pisa. Al margen de voleibol tiene debilidad por el tenis. Comenzó a jugar al voleibol en 1986, con el Carrarese. En la temporada 1989-90 pasó a la serie A-1 con el Perugia. Tras cuatro años se fue al Agrigento donde estuvo un par de temporadas y luego paso al Foppapedretti Bérgamo, más tarde al Napolés y en actualmente pertenece al Bérgamo. En sus siete campañas en el Bérgamo ha conseguido cuatro ligas, tres copas de Italia, dos copas de Campeón y dos supercopas de Italia. Ha sido varias veces seleccionada por Italia y sus mayores éxitos con el equipo nacional italiano son juegos del Mediterráneo del año 2001, plata en el europeo de 2001 y bronce en el europeo del 1999. En 1998 fue declarada mejor colocadora del mundial.
La jugadora dice que apenas conoce España, sólo Burgos y Barcelona, pero que le han hablado maravillas. "Me han hablado muy bien de España, del carácter y costumbres de sus gentes, de los monumentos, y he llegado a la conclusión de que italianos y españoles somos muy parecidos. Una de las primeras cosas que haré cuando me traslade a España será visitar el museo de El Prado y si puedo, no me perderé los encierros de toros de los Sanfermines. Los he visto por la tele y me han impresionado", dice. Añade que no es delicada para las comidas y que tampoco una sex-symbol como muchos la han tildado a raíz de que un cámara de la televisión italiana se recreara pasando imágenes de su trasero en lugar de acciones del partido. Cacciatori, en aquella ocasión, se encaró con el cámara en cuestión y ordenó al árbitro del partido que lo echara de la cancha.
"Como italiana tengo debilidad por la pasta, algo que se encuentra prácticamente en todo el mundo y de España lo que más me gusta es la paella. Prefiero el calor al frío. Aunque dicen que soy muy guapa no me gustan las comparaciones. Ultimamente dicen que soy como la tenista Kournikova, algo que no es cierto, pues ella no suele ganar y yo si", bromeaba. Respecto al idioma, dice que no tiene problemas. "Lo entiendo casi todo y hablo un poco. Aprendí castellano en mi época de estudiante". Tampoco dice tener problemas sobre la ropa que utiliza su nuevo equipo. "Es cierto que las braguitas y las camisetas ajustadas se han puesto de moda, pero no tengo ningún problema en volver a los calzones si es lo que utiliza el Tenerife". Lo que peor lleva de su marcha a España es separarse de su novio, el jugador de baloncesto Gianmarco Pozzecco (Fortitudo de Bolonia). "Poco a poco me voy mentalizando de que lo voy a ver menos, algo que no ocurre en su caso. Lo está pasando mal, pero creo que lo superara".
Maurizia Cacciatori nació el 6 de abril de 1973 en Alzatrice, mide 179 centímetros y procede de una familia de deportistas, pues su padre fue portero de fútbol del Perugia y Pisa. Al margen de voleibol tiene debilidad por el tenis. Comenzó a jugar al voleibol en 1986, con el Carrarese. En la temporada 1989-90 pasó a la serie A-1 con el Perugia. Tras cuatro años se fue al Agrigento donde estuvo un par de temporadas y luego paso al Foppapedretti Bérgamo, más tarde al Napolés y en actualmente pertenece al Bérgamo. En sus siete campañas en el Bérgamo ha conseguido cuatro ligas, tres copas de Italia, dos copas de Campeón y dos supercopas de Italia. Ha sido varias veces seleccionada por Italia y sus mayores éxitos con el equipo nacional italiano son juegos del Mediterráneo del año 2001, plata en el europeo de 2001 y bronce en el europeo del 1999. En 1998 fue declarada mejor colocadora del mundial.