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Del oro de 'Paquito' a la plata de Queralt: las cinco medallas españolas en los Juegos Olímpicos de Invierno

Queralt Castellet se une a Francisco y Blanca Fernández Ochoa, Regino Hernández y Javier Fernández.

Queralt Castellet se une a Francisco y Blanca Fernández Ochoa, Regino Hernández y Javier Fernández.
Paquito Fernández Ochoa, único oro para España en los Juegos Olímpicos de Invierno | Agencias

La barcelonesa Queralt Castellet, flamante plata en el halfpipe de snowboard de los de Pekín 2022, se convirtió de esta forma en la quinta española en capturar una medalla olímpica en unos Juegos de invierno, una serie que arrancó con el oro que logró Francisco Fernández Ochoa, el popular 'Paquito' en el eslalon de esquí alpino de Sapporo'72 (Japón).

Tras acabar segunda una prueba en la que la estadounidense Chloe Kim revalidó le título logrado hace cuatro años en PyeongChang (Corea del Sur), Castellet, nacida hace 32 años en Sabadell, unió su nombre a los hermanos Francisco y Blanca Fernández Ochoa, oro y bronce, respectivamente, en esquí alpino; a otro 'rider', Regino Hernández; y al patinador artístico Javier Fernández, que también capturaron sendas medallas de bronce, hace cuatro años.

El inmortal 'Paquito' ganó el oro en el eslalon de esquí alpino hace 50 años, en los Juegos de Sapporo'72 (Japón) y su hermana Blanca consiguió el bronce en esa misma disciplina hace 30, en los de Albertville (Francia). Hace cuatro, en PyeongChang (Corea del Sur), Hernández y Fernández ganaron sendos bronces: Regino, en el boardercross de snowboard, y 'SuperJavi' en patinaje artístico.

Las dos primeras medallas españolas las capturaron los hermanos madrileños Fernández Ochoa: Paco, fallecido en 2006; y Blanca, tristemente desaparecida en 2019. El 'inmortal' Paquito -fallecido de un cáncer en 2006, a los 56 años- había asombrado al mundo al convertirse en el primer campeón olímpico español en los Juegos de Sapporo (Japón), los primeros de invierno que se disputaron en Asia -los de Pekín son los cuartos, después de los de Nagano'98, asimismo en Japón; y los citados de PyeongChang-.

El ‘bombazo’ de Paquito

El oro de Paco no sólo situó a España en el mapamundi del deporte invernal, sino que se convirtió en el gran 'bombazo' de los Juegos de Sapporo, donde el astro de Navacerrada se convirtió automáticamente en héroe nacional.

La gesta del mayor de la saga de los Fernández Ochoa, de la que el próximo sábado (13 de febrero) se cumplirán exactamente 50 años, se produjo en la pista del Taineyama (el monte Taine), donde relegó a la segunda plaza a uno de los mitos del esquí alpino, el italiano Gustav Thöni, cuyo primo Roland logró ese día el bronce.

Ese oro le convirtió de forma automática, con 21 años, en todo un ídolo, en una España en la que, de aquella, apenas llegaban triunfos internacionales.

Antes de la proeza de 'Paquito' -que en la televisión española se vio en blanco y negro- sólo lucían las del ciclista Federico Martín Bahamontes, en el Tour de 1959; las del tenista Manolo Santana, ganador de Wimbledon en 1966, fallecido a finales del año pasado-; y las del motociclista Ángel Nieto -fallecido hace cinco-, que entonces había ganado tres de sus '12+1' mundiales. Y por equipos sólo brillaba la Eurocopa de fútbol de 1964, que España le ganó en Madrid a la extinta Union Soviética.

El de 'Paquito' supuso, además, en ese momento, el tercer oro olímpico de toda la historia de España, después del de Amezola y Villota en pelota vasca (cesta punta) en los Juegos de París 1900 y el de hípica, por equipos, en Amsterdam 1928.

Paco no ganó por casualidad en Sapporo. Mejoró en un segundo y una centésima -un 'mundo', en un eslalon- a Thöni, oro olímpico de gigante en esos Juegos, quíntuple campeón mundial y cuatro veces ganador general de la Copa del Mundo (1970-71, 72 y 73; y 74-75) y firmó una gesta que él mismo describió, en una entrevista con la Agencia Efe que recordaba el vigésimo quinto aniversario de la misma, "como si un austriaco hubiese triunfado en (la plaza de toros de) Las Ventas".

Blanca o el premio a la resiliencia

Tuvieron que pasar 20 años después de ese sonado triunfo hasta que su hermana menor, Blanca, volviese a ganar otro trofeo en una cita invernal, convirtiéndose en la primera mujer de toda la historia del deporte español -tanto en Juegos de verano como de invierno- en ganar una medalla olímpica.

Lo logró después de recuperarse del duro golpe que le provocó rozar el oro en el gigante de los Juegos de Calgary'88, en Canadá, cuatro años antes; donde, tras marcar el mejor tiempo en la primera manga, se cayó en la segunda y decisiva.

La prueba, disputada en Nakiska, ya se vio en España en color. La segunda manga, en 'prime time', además, por la diferencia horaria con Canadá.

Esa bajada posiblemente haya sido la de mayor audiencia de una prueba de esquí alpino en lo que a la televisión española se refiere. La campeona de Cercedilla, que pretendía retirarse después de esos Juegos, decidió finalmente seguir cuatro años más, para que el deporte le hiciese justicia y la convirtiese en pionera entre las mujeres españolas en subirse a un podio olímpico.

Su bronce llegó apenas unos meses antes de la eclosión definitiva del deporte hispano en los Juegos de Barcelona'92, los únicos que ha organizado España hasta la fecha.

"Lo de Calgary fue un auténtico jarro de agua fría para mí", comentaba la inolvidable Blanca. "Albertville supuso el pago a un trabajo bien hecho", añadió la madrileña, recordando la prueba disputada en Meribel, que ganó la austriaca Petra Kronberger por delante de la neocelandesa Annelise Coberger, cuya plata supuso la primera medalla en unos Juegos de invierno para un país del hemisferio sur.

Regino, primera medalla de snowboard

Si entre el oro de Paco y el bronce de Blanca pasaron veinte años, España tuvo que esperar otros 26 años más hasta festejar su tercera medalla en unos Juegos de invierno, la que ganó en el boardercross de snowboard, en 'Phoenix Park' y en la cita de PyeongChang el ceutí de la federación andaluza Regino Hernández.

Regino llegó como 'tapado', en un segundo plano y a la sombra del guipuzcoano Lucas Eguibar, con el que había capturado la plata por equipos en los Mundiales de Sierra Nevada 2017. 'Luki', abanderado del equipo español en la cita coreana, había ganado tres años antes la Copa del Mundo, una temporada después de ganar la final pequeña y capturar diploma -fue séptimo- en los Juegos de Sochi'14 (Rusia).

A la tercera fue la vencida: el simpático y excéntrico Regino -que días antes de capturar medalla había declarado a Efe que "antes de" afeitarse "la barba" se cortaría "los cojones", negándose a hacer ninguna promesa en caso de subir al podio- capturó medalla en su tercera comparecencia olímpica, después de las de Vancouver 2010 (Canadá), donde casi era un joven imberbe, y Sochi 2014.

Eguibar se había caído en la primera ronda -chocó con el italiano Omar Visintin-, pero el rider afincado en Mijas (Málaga) recogió su testigo y se metió en la final a seis. En España, su bronce se siguió esta vez a primerísima hora de la mañana y por Eurosport, el canal deportivo internacional; en una prueba en la que el francés Pierre Vaultier revalidó título y el australiano Jarryd Hugues capturó la plata.

Regino acabó ejecutando su promesa no revelada a Efe en la citada entrevista, la que se habia cruzado con su skiman italiano Gianluca Trionte: la que apuntaba que en caso de medalla cada uno se tatuaría la cara del otro. Por cierto: ambos cumplieron su parte.

'Super Javi’ o el protagonista sobre el hielo

Pues si entre la segunda y la tercera medalla habían pasado 26 años, entre la tercera y la cuarta sólo tuvieron que discurrir dos días: el madrileño Javier Fernández se sacó la espina que tenía clavada cuatro años antes, cuando se le escapó el trofeo en los Juegos de Sochi, donde acabó cuarto.

'SuperJavi', doble campeón del mundo y séxtuple oro europeo cuando llegó a Corea -su séptimo título continental lo logró justo después, poco antes de retirarse-, salió contento y aliviado del palacio de hielo de Gangneung. "El 'marrón' en el que me metieron en Sochi fue horroroso", había reconocido horas antes de subirse al podio olímpico en una entrevista en referencia a lo mucho que le había afectado antes de los Juegos de 2014 que en un periódico descontextualizaran unas declaraciones suyas referentes a la homosexualidad y a la homofobia en Rusia.

Patinando al son de los 'Tiempos Modernos' de Chaplin, primero, en el programa corto; y con un guiño a Don Quijote, con 'El hombre de la Mancha', después, en el largo, el perfeccionista de Cuatro Vientos capturó, al fin, en el Ice Arena de Gangneung, la ansiada medalla olímpica. El día que el japonés Yuzuru Hanyu, su compañero de entrenamientos -a las órdenes del canadiense Brian Orser-, revalidó título; y otro nipón, Shoma Uno, capturó la medalla de plata.

Queralt, quinta medalla y primera plata

Este jueves, cuatro años después, España festejó su quinta medalla: la de Queralt. La primera de plata de las cinco que ganó España. En el halfpipe, una de las disciplinas con las que el snowboard debutó en el programa olímpico, en 1998, en los Juegos de Nagano (Japón). Que en España ya se pudo seguir por dos canales de televisión: el citado de Eurosport y en DMax.

Un trofeo con el que la campeona de Sabadell, plata mundial en Kreischberg (Austria) y bronce el año pasado en los Mundiales de Aspen (EEUU); y que también ganó trofeos en los X Games cerró su círculo: ya es medallista de todo.

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