Brian Hamilton es un ex jugador de hockey con más de 1.000 partidos como profesional en la NHL, convertido ahora en asistente de los Canucks de Vancouver, y en el transcurso de un partido celebrado el pasado 23 de octubre en Seattle, Hamilton estaba sentado en el banquillo cuando una joven aficionada se percató de un lunar muy sospechoso en su cuello.
La aficionada escribió un mensaje en su móvil y se lo mostró a Hamilton para avisarle de que el lunar podría ser cancerígeno: "El mensaje que me mostró en su móvil quedará grabado para siempre en mi cerebro y ha hecho posible que siga con vida". El técnico, intrigado por la acción desinteresada de la aficionada, se hizo las pruebas días después de terminar el partido.
Efectivamente, el lunar era cancerígeno, un melanoma que los médicos consideraron que había que extirpar cuanto antes. "Sus instintos estaban en lo cierto y ese lunar en la espalda de mi cuello era un melanoma maligno y gracias a su persistencia y al rápido trabajo de los médicos, ya no está", sostiene Hamilton.
El trabajo de investigación de la prensa de Seattle dio sus frutos y desenmascararon a la heroína que salvó de un susto a Brian. Su nombre es Nadie Popovic, tiene 22 años y es estudiante de medicina. El lunar le resultó familiar de haber visto melanomas en muchos pacientes mientras hacía prácticas en los hospitales. "Él miró mi teléfono y se alejó y pensé que tal vez ya estaba al tanto del problema. Me alegra mucho haber podido ayudar", dijo
Hamilton, una vez recuperado, hizo un comunicado a través de las redes sociales de los Canucks para agradecer el gesto. El pasado sábado, Seattle y Vancouver volvieron a enfrentarse e hicieron una donación de 10.000 dólares cada uno para ayudar a las escuelas de medicina.