Diecinueve años después de enfrentarse por primera vez (en Peñíscola, Castellón) ante un tablero de ajedrez, el noruego Magnus Carlsen, campeón mundial desde 2013, y el ruso Ian Nepomniachtchi, aspirante oficial, dirimirán desde este viernes, título en juego, un encuentro al mejor de 14 partidas que presenta todos los pronósticos favorables al campeón en el marco de la Expo Universal de Dubai.
Los rusos Garry Kaspárov, Anatoly Kárpov y Vladimir Kramnik y el indio Viswanathan Anand, todos ellos campeones mundiales antes que Carlsen, coinciden en señalar como favorito al "vikingo", pero advierten que el "oso" ruso, un temible jugador táctico, tiene sus opciones de destronarlo.
El blog especializado Chess in Numbers apunta porcentajes muy precisos sobre las posibilidades de victoria para los dos contendientes, otorgando un 81 por ciento a Carlsen, que lleva once años ininterrumpidos como número del ránking mundial, con un Elo actual de 2.855 frente a los 2.782 de Nepo (quinto de la lista).
Las tres primeras partidas, que se jugarán en días consecutivos a partir de este viernes antes del primer descanso, resultarán determinantes, a juicio de Anand y Kramnik, los predecesores de Carlsen como campeones. Si Nepo es capaz de contener las primeras arremetidas del noruego y, a su vez, infligirle algún daño, sus esperanzas experimentarán un gran impulso. Por el contrario, si empieza abajo en el marcador su acusada inestabilidad emocional puede abocarle a un fatal destino.
Anand, que perdió dos veces contra Carlsen con el título en juego (primero se lo cedió en 2013 en su ciudad natal de Madrás y al año siguiente no pudo arrebatárselo en Sochi, Rusia), considera que, a diferencia de los dos aspirantes anteriores (el ruso Sergey Karjakin y el estadounidense Fabiano Caruana), Nepo sí se cree capaz de destronar a Carlsen.
Pocos jugadores en el mundo pueden presumir de tener un balance favorable en ajedrez clásico contra el noruego, llamado "El Mozart del ajedrez" por su juego armónico, que esconde una gran profundidad en su aparente sencillez. Nepomniachtchi es uno de ellos: 4 victorias, 1 derrota y 8 tablas contra el noruego.
Aquella primera partida de Peñíscola terminó con la victoria de Carlsen, pero el ahora aspirante oficial al título se tomó un primer desquite cuando ambos tenían 13 años, en la última ronda del Mundial sub-14 de 2003, en el que terminó campeón el bielorruso Sergei Zhigalko, Nepo subió al podio (tercero) y Carlsen fue noveno.
En categoría sénior volvió a derrotarlo en los torneos Tata Steel (2011) y London Classic (2017). La única partida de ritmo lento que ha perdido con el campeón del mundo fue el año pasado en Zagreb, aunque las cuatro últimas ofrecen un balance favorable al campeón: una victoria y tres tablas.
Los campeones mundiales parecen ser la especialidad de Nepo, que en ajedrez clásico tiene también balances favorables con Vladimir Kramnik (+5 -4 =4, es decir, 5 victorias, 4 derrotas y 4 tablas) y Viswanathan Anand (+3 -2 =5).
La inconsistencia en alta competición, donde alterna triunfos brillantes con derrotas inesperadas, le ha impedido desarrollar su enorme potencial. Nepo es capaz de las mayores sutilezas y de incendiar el tablero con un juego explosivo, pero se ha ganado fama de jugador volátil, sin el espíritu de lucha necesario para ser un campeón, propenso a venirse abajo ante los contratiempos.
Sus críticos le acusan de no tomarse el ajedrez en serio. Es un adicto a los videojuegos, que practica a un nivel muy alto, y a veces falla en la gestión del tiempo durante las partidas. En la única que ha perdido contra Carlsen como adulto tenía 28 minutos para hallar una línea de tablas no demasiado complicada y sin embargo sólo consumió 40 segundos para elegir una jugada perdedora.
La experiencia puede jugar un papel decisivo en este encuentro de Dubai. Para Carlsen será el quinto "match" con la corona mundial en juego. Después de conquistarla frente a Anand, la defendió con éxito frente al propio "Tigre de Madrás" (2014), Karjakin (2016) y Caruana (2018). Para Nepo será la primera experiencia.
La preparación de ambos constituye una incógnita, como es tradicional. El ruso, nacido en Briansk (380 km al suroeste de Moscú) el 14 de julio de 1990, se ha encerrado con su equipo durante los dos últimos meses, ha adelgazado diez kilos, y se dispone a defender el orgullo de la escuela rusa, que aspira a recuperar la corona que Anand le arrebató a Kramnik en 2007.
Carlsen, cuatro meses más joven que el aspirante, no ha dejado de hacer vida social ni de participar en algunas competiciones menores en las últimas semanas. En octubre pasó 11 días en España, aprovechando el clima favorable de Sancti Petri (Cádiz), donde ha jugado al fútbol y al pádel en las instalaciones del hotel Royal Hideaway como complemento al entrenamiento ajedrecístico.
Seguidor del Real Madrid, el campeón pudo practicar uno de sus deportes favoritos y se marchó muy contento de España. "Hay muchas razones para estar aquí: un clima hermoso, no demasiado frío ni demasiado caluroso, que te permite practicar otras actividades como correr, jugar al fútbol o al pádel, y buena comida. También es importante que el lugar no sea demasiado grande, para estar concentrado en el trabajo", explicó en un vídeo publicado en el portal Chess24.
Sobre el Mundial de Dubai apuntó: "Espero una lucha más de ida y vuelta, sin tantas tablas como en los anteriores. Los dos últimos encuentros han sido muy reñidos y ahora espero que no haya esas batallas interminables".
En su última defensa de la corona, ante Caruana, las 12 partidas a ritmo clásico terminaron en tablas y el encuentro se resolvió en el desempate con victoria contundente del campeón (3-0).
Además del título mundial, en juego habrá una bolsa de 2 millones de dólares, de la que el ganador obtendrá el 60 por ciento. Si el encuentro está empatado al concluir las 14 partidas y precisa de un desempate, el ganador recibirá el 55 por ciento y el retador el 45 restante. Si uno de los dos contendientes alcanza los 7,5 puntos, el combate habrá terminado.
El control de tiempo será de 120 minutos para las primeras 40 jugadas, otros 60 minutos para las 20 siguientes y por último 15 minutos para el resto de la partida con un incremento de 30 segundos por jugada a partir de la 61.
Si hay empate tras los 14 juegos a ritmo clásico, se disputará un "play off" a cuatro partidas de 25 minutos por jugador más un incremento de 10 segundos por movida. Si persistiera la igualdad, se jugarían dos partidas relámpago o "blitz" (5 minutos con 3 segundos de incremento) y, en caso necesario, una serie (hasta un máximo de cinco) de dos partidas blitz.
Por último, si todavía no se hubiera roto el empate, se jugaría una partida Armagedon. El jugador que gana en el sorteo de colores, elige piezas, sabiendo que las blancas disponen de 5 minutos en total (con 3 segundos de incremento desde la jugada 61) y las negras tienen sólo 4, pero a estas les bastan las tablas para alzarse con la victoria final.
Para evitar componendas y combatir el juego pasivo, el reglamento del Mundial establece que los jugadores no pueden acordar el empate antes del movimiento 30 de las negras. La solicitud de tablas antes de la jugada 30 de las negras sólo está permitida a través del árbitro, en el caso de una triple repetición de jugadas.