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España, ante el reto de volver a semifinales de un Mundial de balonmano

Los Hispanos buscan este miércoles ante Noruega un billete para estar entre los cuatro mejores en una cita mundialista, algo que no logran desde 2015.

Joan Cañellas (i), en acción durante el España-Túnez. | EFE/Archivo

Instalados en la cima de la competición, el lugar exigido a la selección de balonmano, donde no podían faltar como doble campeona de Europa. España está donde se la esperaba, en el mínimo que podían pedirle a esta portentosa generación que aguanta en la élite contra viento y marea. Luchando contra la edad de algunos de sus componentes (Gedeón Guardiola, Joan Cañellas, Raúl Entrerríos...) e ilusionados con ganar el Mundial, el tercero que lograría el balonmano patrio tras el logrado en Túnez en 2005 y en Barcelona en 2013, la selección se concentra en estos últimos cinco días de torneo.

Los de Jordi Ribera han ido esquivando obstáculos con una destreza grandiosa. Es cierto que se le atascó Brasil el primer día de competición pero a partir de ahí, los Hispanos se hicieron fuertes. Vencieron a Polonia y a Túnez en la primera fase, y a Alemania, Uruguay y Hungría en la ronda principal. Donde se jugaban las opciones, apareció una majestuosa selección creciendo desde la defensa.

Con unos grandes Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales en la portería, España se hizo fuerte desde atrás como todos los grandes, empezando la casa desde el bajo, haciendo el trabajo sin saltarse ni un eslabón. Ahí es experto Jordi Ribera, un seleccionador con un gran talante y con un gran manejo de partidos. Y eso que ha habido momentos algo más duros. El inicio ante los brasileños no fue el esperado y un gol de Joan Cañellas al final del encuentro salvó los muebles. Tampoco fue fácil el siguiente partido ante Polonia ni tampoco el primer duelo de la segunda fase ante Alemania. Ese día, una mala vuelta del descanso propició que los germanos tuvieran cuatro goles de diferencia, el peor momento, sin duda, de la selección en este Mundial.

Pero todo se superó y este miércoles espera la poderosa selección noruega que comanda Sandor Sagosen. El considerado por muchos mejor jugador del mundo, campeón de Europa con el Kiel hace menos de un mes, pondrá en apuros al combinado nacional. De hecho Noruega, que perdió las dos últimas finales mundialistas en 2017 y 2019 y que ganó el bronce en el Europeo del año pasado, es una selección joven muy atrevida y que causó la reticencia de Hungría en enfrentarse con ellos en esta ronda. Los magiares reservaron ante España a sus mejores jugadores porque el objetivo era evitarles a toda costa.

Si España supera esta ronda volverá a unas semifinales de un mundial tras perder en cuartos de final hace cuatro años ante Croacia y quedar eliminada en un grupo terrible hace dos años, en el que no pudimos ante Alemania o Francia. Ahora es el momento de volver a estar entre las cuatro mejores, un lugar que sólo ocupan los elegidos y donde España no está desde 2015.

Si los Hispanos se deshacen este miércoles de Noruega la rival será, en teoría, la actual campeona mundial y gran favorita para este campeonato, la Dinamarca de Jakobsen, Nielsen, Zachariassen y, sobre todo, del eterno Mikkel Hansen y de uno de los mejores porteros del mundo, el campeón de Europa con el Kiel, Niklas Landin. Un conjunto que tendrá que ganar a Egipto, anfitriona pero sin público, en unos cuartos de final que completan los duelos Francia-Hungría y Suecia-Qatar.

Como dijo Jordi Ribera al inicio del campeonato "los obstáculos tienen que salvarse día a día porque siempre hay uno en el camino". Noruega es el siguiente y no es un objetivo fácil. Pero a esta España puedes pedirle todo, nos lo han demostrado.

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