El ciclista Alexey Lutsenko (Astana) ha ganado este jueves la sexta etapa del Tour de Francia, disputada entre Le Teil y Mont Aigoual sobre 191 kilómetros, siendo el más fuerte de una escapada que no tuvo la presión de un pelotón permisivo.
Lutsenko logra su primera etapa en un Tour, y primer triunfo en este 2020, después de descolgar a sus siete compañeros de fuga, entre los que estuvo un combativo Jesús Herrada (Cofidis), segundo a 55 segundos. El campeón kazajo pudo comprobar que no hubo ánimo de guerra entre los candidatos de una general sin cambios, y realizó la ascensión a ritmo de contrarreloj, en un pulso desigual con un Herrada que fue perdiendo fuelle. Al pelotón, sobre todo al Mitchelton-Scott del líder Adam Yates, le preocupaba más la presencia de Greg Van Avermaet (CCC Team) en esa fuga. Cuando el belga se quedó descolgado, junto a Neilson Powless (EF), se aflojó atrás y Lutsenko tuvo luz verde, brillante y absoluto, para ir a por su primera victoria en la ronda gala.
Con Van Avermaet tercero en meta, a 2:15 del ganador, y controlada la ventaja de cara a la general, no hubo un solo ataque de un aspirante a los Campos Elíseos en el primer gran puerto de este Tour, un bonito Col de la Lusette (1ª, 11,7 kilómetros al 7,3 por ciento de pendiente media). Atacó Fabio Aru (UAE-Team Emirates) y abrió hueco, pero quien fuera jefe de filas antaño ahora es secundario, incluso terciario, en el equipo y ese movimiento podía ser una estrategia pensando en un ataque de Tadej Pogacar, tercero en la general provisional a 7 segundos de Yates. Pero, pese a pinchar, no quiso atacar. Nadie lo hizo, parece que el maillot amarillo molesta en esta primera semana de carrera.
Quizá enrabietado por perder ese maillot de líder al término de la pasada etapa, el francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) se desquitó de esos 20 segundos de sanción por avituallarse en zona prohibida (a 17 kilómetros de meta) con un único ataque final, potente, con el que metió únicamente un segundo al resto de favoritos.
Se dejó ver el Mosquetero, pero poco premio tuvo. La ascensión final era fácil, sin rampas duras. Sí se esperaban ataques, si es que tenía que haberlos, en la Lusette; no fue así. El intento de Aru, que finalmente perdió tiempo respecto a los mejores, no fue respondido, ni con fuego amigo ni por enemigos. Subieron en grupeto, ritmo marcado por el Team Ineos, y la prueba de ello fue el gran número de ciclistas que llegaron entre los mejores.
Tras una jornada sin cambios, sin ataques ni estrategias —pero con una fuga que sí tuvo premio tras una última etapa en la que por primera vez en años no hubo ni siquiera escapada—, el Tour de Francia presenta este viernes una séptima etapa de final llano, entre Millau y Lavaur sobre 168 kilómetros, con oportunidad para otra escapada o para una llegada al esprint pese a tres pequeñas cotas de montaña.