El danés Michael Morkov (Deceuninck Quick Step) salió a tiempo de los Emiratos Árabes Unidos el pasado 26 de enero, antes de que le atrapara las consecuencias del aplazamiento del Tour que fue suspendido aquel día tras conocerse dos casos positivos por coronavirus. Su destino era Berlín, donde le esperaba la medalla de oro en el madison del Campeonato del Mundo.
El campeón danés en ruta, de 34 años, tenía permiso de su equipo para marcharse después de la cuarta etapa. Voló a la ciudad alemana horas antes de que su hotel se convirtiera en un hospital, donde algunos corredores hubieron de cumplir con una cuarentena de 14 días.
"No puedo creer lo afortunado que fui con lo que sucedió en los Emiratos Árabes Unidos, al marcharme justo antes de que surgiera el asunto del coronavirus. Menos mal que me quedé un día más".
Cuando Morkov llegó a Berlín acordó con los técnicos de su equipo mantenerse encerrado en la habitación del hotel un día y medio, para hacerse las pruebas del coronavirus y cerciorarse de su buen estado de salud. El riesgo era doble: estar enfermo y tener que ver el Mundial por televisión.
El ciclista de Kokkedal estaba muy ilusionado por pelear las medallas en la prueba de madison. Enseguida plantó en su habitación un rodillo para entrenarse, lo que le ayudó a concentrarme en si preparación para la carrera".
Morkov recibe la mejor noticia posible: la prueba da resultado negativo y puede competir. Su entrenador le pregunta varias veces si se encontraba en condiciones para la prueba. La respuesta fue: si.
Morkov compitió con su compatriota Lasse Norman Hansen. Las cosas no pudieron salir mejor, ambos hicieron la mejor carrera de su vida y se proclamaron campeones del mundo el 1 de marzo, cuatro días después de la suspensión del Tour de los EAU.
La fiesta fue monumental en Copenhague, donde reside Morkov, a 435 kilómetros de Berlín. Allí le esperaba su familia al completo. Poco después Morkov se alistó en la París Niza, como ayudante de lujo del esprinter irlandés Sam Bennett. La "Carrera del Sol" se vio recortada por el coronavirus. Y ya se suspendieron todas las pruebas. La medalla de oro llegó con un formidable regate al virus.