Desde 1883, el torneo de rugby más antiguo del mundo es causa y excusa de viajes puntuales y anuales a algunas de las principales capitales europeas. Motivo de peregrinación por varios de los estadios más emblemáticos del mundo: el Stade de France, el Olímpico de Roma y el Millennium Stadium de Cardiff, escenario de la duodécima Copa de Europa del Real Madrid. Twickenham, Murrayfield y el más antiguo y moderno de todos: ayer Lansdowne Road, hoy Aviva Stadium.
Del viejo Lansdowne Road...
El templo del rugby irlandés es consecuencia de la iniciativa y tenacidad de Henry Wallace Doveton Dunlop. Y de muchas cosas más. El deportista e ingeniero del Trinity College de Dublín fundó en 1871 el Irish Champion Athletic Club y organizó los primeros Campeonatos de Atletismo de Irlanda, con la idea de que fueran celebrados en su universidad. Pero la negativa de la institución a acoger el evento en sus instalaciones le empujó a buscar otro lugar.
Sus paseos por el sur de la ciudad le llevaron junto a su entrenador, Edward Dillon, a la calle Lansdowne. Allí dieron con un terreno situado entre las vías del tren y el río Dodder, que alquilaron por un período de 69 años, a cambio de una renta de 60 libras anuales. En él establecieron clubes de tenis, tiro con arco, cricket y el Lansdowne Rugby Football Club en 1872, que hoy sigue ejerciendo como local en el mismo lugar, junto con el Wanderers Football Club, fundado en 1869 en una ubicación diferente, pero trasladado tres años más tarde.
En poco tiempo, el rugby se convirtió en el deporte principal en aquella explanada septentrional de la capital irlandesa. El primer partido representativo que allí se disputó enfrentó a las provincias de Leinster y Ulster (Dublín y Belfast, respectivamente) en diciembre de 1876. Sólo dos años más tarde, el 11 de marzo de 1878, Lansdowne Road acogió su primer partido internacional, entre las selecciones de Irlanda e Inglaterra, lo que lo acredita como el campo de rugby en el que se llevan disputando partidos test (encuentros oficiales entre selecciones nacionales) desde hace más tiempo.
Ya en el siglo XX, la Irish Rugby Footabll Union se hizo con el arrendamiento del recinto por 200 libras en 1906 y dos años más tarde levantó la primera tribuna cubierta. Las siguientes décadas en las que la independencia de Irlanda alcanzó su fase culminante y, entre dos guerras mundiales, 26 de los 32 condados de la isla se desligaron del Reino Unido, vieron a la selección nacional establecerse en el estadio, unida pese a la división del país. Una nación y dos soberanías que hasta hoy confluyen de manera natural en un equipo de rugby que ha permanecido invariable a través de la Historia.
Por ese pasto que vio cambiar a los irlandeses generación tras generación pasaron Home Nations (el original Cuatro Naciones), incluidos aquellos años en los que Inglaterra no participó, Cinco Naciones, cuando Francia se unió a los equipos de las Islas Británicas, en los que el XV del Trébol hacía de convidado de piedra con demasiada frecuencia, y todavía alguna edición con el formato actual, desde la incorporación de Italia. Jack Kyle, Tony O'Reilly, Willie John McBride, Mike Gibson. 111 ediciones del torneo más antiguo del mundo. El tiempo.
... al nuevo Aviva Stadium
En 2004 fue anunciado el proyecto de construcción de un estadio completamente nuevo en los mismos terrenos que un día eligió Henry Wallace Doveton Dunlop. Los fondos para la renovación, ampliamente más abultados que siglo y medio atrás, provinieron del Gobierno, la Asociación de Fútbol de la República de Irlanda y la IRFU. El diseño del proyecto corrió a cargo de Populous, Scott Tallon Walker y Buro Happold.
Las obras comenzaron el 17 de mayo de 2007, cuando las excavadoras emprendieron, implacables, la demolición del viejo Lansdowne Road. Tres años más tarde, el 31 de julio de 2010, era inaugurado el moderno Aviva Stadium, con capacidad para 51.700 espectadores. Aquel día, Ulster y Leinster volvieron a pisar el viejo suelo a las orillas del Dodder. En esa ocasión, formaron un solo equipo para enfrentarse al combinado formado por Munster y Connacht, las otras dos provincias de la isla.
Casi 150 años después, la catedral del rugby irlandés permanece en el mismo lugar, entre el río y el viejo ferrocarril. Hoy, la estación no está al lado, sino dentro del estadio. Es parte del edificio. Donde hubo gradas sin asientos, hoy hay butacas verdes. Donde uralita, cristal. Donde un marcador manual, pantallas LED. Como la materialización del progreso de un deporte en una nación, su epicentro, el césped más antiguo, persiste rodeado de las tribunas más modernas del rugby mundial.
La casa de un equipo que cambió las cucharas de madera por los Seis Naciones y las Triples Coronas. El escenario que vio retirarse a Brian O'Driscoll, Paul O'Connell, Ronan O'Gara, Rory Best y Jamie Heaslip. Un lugar diferente. La misma hierba.