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La selección española de balonmano inicia el Campeonato de Europa con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de Tokyo

Los de Jordi Ribera arrancan un torneo en el que defienden oro y del que no se bajan del podio desde 2012

Julen Aguinagalde | EFE

Hace dos años, en Croacia, la selección española de balonmano superó sus miedos y saltó el muro. Una losa que ya era demasiado alta, demasiado espinosa. España ganó el Europeo, primero de su historia, en un partido memorable ante Suecia, y después de haberse desembarazado de la bestia negra, Francia, dos días antes en unas semifinales apoteósicas. Ahora el grupo de Jordi Ribera inicia la reconquista del continente con un objetivo claro; los Juegos de Tokyo a los que accederán si ganan el Europeo o si son subcampones y la medalla de oro la logra Dinamarca, actual campeona del mundo con plaza ya para la cita olímpica.

Los Hispanos aterrizaron ayer en Trondheim, la localidad noruega donde jugará los partidos de la primera fase. Este jueves ante Letonia (20.30 h), el sábado ante Alemania (18.15 h) y el lunes ante Holanda (20.30 h). No es un grupo complicado, pasan dos a la siguiente fase y españoles y germanos deben ser los elegidos. Otra cosa sería una sorpresa mayúscula. Después vendrá una segunda ronda con cuatro selecciones más donde cuenta el resultado que lleves con la selección que se clasifica junto a España. Lo demás serían cuentas innecesarias en un Europeo, un camino lleno de trampas entre las que se encontrarán, previsiblemente, Croacia, Montenegro, Serbia o Chequia.

Vuelve España a ser un bloque, el mismo que ya tiene sensaciones positivas en los últimos años en este torneo. Si hablamos de campeonatos europeos, la selección no baja del podio desde 2012 cuando fue cuarta en Serbia. Desde entonces ha ido mejorando su participación, escalando un puesto cada vez. Bronce en 2014, plata en 2016 y el oro mencionado de 2018. Para este torneo Ribera vuelve a reclutar a los hombres fieles a nuestro balonmano en los últimos años. Gedeón Guardiola, Joan Cañellas, Julen Aguinagalde, Raúl Entrerríos, Viran Morros, Pérez de Vargas, Jorge Maqueda, todos presentes en la gran cita de 2013, en Barcelona, donde España fue campeona del mundo. Junto a ellos, actores principales en los últimos años como los hermanos Dujshevaev, Aitor Ariño, Rodrigo Corrales, Dani Sarmiento y Ángel Fernández.

Destacaba Ribera el otro día, al finalizar con éxito y título el Torneo Internacional en Torrelavega, que "el camino es duro para llegar a las semifinales pero que el otro lado del cuadro es para echarse a temblar". Es verdad que España tendrá un camino sinuoso para luchar por los metales, pero por el otro lado del trazado se van a encontrar Francia, Noruega, Suecia, Eslovenia, Dinamarca y Hungría y eso es "terrible" en palabras del seleccionador.

La selección irá partido a partido en este torneo, por primera vez de 24 selecciones, más largo que nunca (termina el 26 de enero). Decía el otro día Gedeón Guardiola en el Primer Palo de esRadio que Letonia y Holanda son peligrosas, precisamente al no conocerlas demasiado. El debut, siempre temido, marcará el inicio de otra gesta hispana o de un torneo menor. Decía Aguinagalde la semana pasada que "las semifinales deben ser lo mínimo exigible".

La historia así lo demuestra pero el camino no será fácil. Lo demás, ya vendrá. A España se le escaparon los Juegos de Rio, en 2016, tras un preolímpico maldito en Suecia ante la anfitriona y Eslovenia. Y ese año, había conseguido la medalla de plata en el Europeo. La selección ató en el mundial pasado su plaza para los torneos previos de abril, junto a Noruega, una selección americana y otra asiática, con dos billetes en juego para Tokyo. No debería peligrar nada, pero en el deporte no hay que despistarse.

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