Nueva Zelanda aplastó este sábado por 46-14 a Irlanda en un partido de cuartos de final del mundial de rugby, muy fácil para los All Blacks, que completaron una etapa más en su camino para buscar su cuarta copa mundial y la tercera consecutiva.
Irlanda llegó a cuartos de final con un comportamiento irregular. Tuvo tres victorias y una derrota en la fase de grupos, pero se estrelló contra el favorito de este torneo, que demostró en los 80 minutos del partido un juego que es difícil de contrarrestar. Los irlandeses pudieron perder en la cancha, pero en las gradas la victoria fue para sus aficionados, que tiñeron de verde el estadio Tokio, en la periferia de la capital, lo hicieron retumbar cuando sonó su himno y contrarrestaron con cánticos el momento en el que los All Blacks ejecutaron el tradicional haka previo.
El marcador lo abrió Nueva Zelanda con un penalti que anotó el apertura Richie Mo’unga (m.6, 3-0), y en el minuto 14 llegó el primer ensayo neozelandés, anotado por el medio scrum Aaron Smith y conversión de Mo’unga (10-3). Con Nueva Zelanda ya dueña de la cancha, Smith volvió a repetir con otro ensayo esquinado en el minuto 19 y conversión exitosa del apertura de los All Blacks (17-0).
Ya con esa diferencia tan holgada al llegar a la cuarta parte del partido, los oceánicos comenzaron a ganar confianza y dominar el juego. Ello dio frutos en el minuto 32 con un ensayo de Beauden Barrett (22-0), con conversión fallida de Mo’unga, un resultado que sembró el desánimo en las gradas entre los seguidores del trébol irlandés.
Ya en el segundo tiempo, el talonador Codie Taylor anotó el cuarto ensayo para los All Blacks, con conversión del apertura neozelandés (m.48, 29-0). Para entonces la defensa irlandesa estaba desarmada, y los All Blacks lo aprovecharon en el minuto 61 con el quinto ensayo, gracias a Matt Todd, que había entrado en la cancha minutos antes reemplazando al segunda línea Brodie Retallick (34-0). Mo’unga falló en la transformación.
Sin embargo, por fin, Irlanda pudo conectar su ofensiva después de un scrum y conquistó la línea de ensayo en el minuto 69, gracias a Robbie Henshaw (34-5). Joey Carbery sumó dos puntos en la conversión. No duró mucho la alegría, porque los All Blacks consiguieron un ensayo más, el sexto, con el ala izquierda George Bridge como protagonista y conversión de Mo’unga (m.73, 41-7). A cuatro minutos del final, Irlanda logró siete puntos más con un try penal, colocado el marcador en 41-14.
Pero nada podía parar a Nueva Zelanda, y en el minuto 79 anotó otro ensayo Jordie Barrett, esquinado, con conversión fallida, lo que dejó el marcador final en 46-14. Irlanda estuvo apoyada constantemente por sus aficionados, mayoritarios en el estadio Tokio, con una ruidosa y entusiasta presencia que se notaba desde horas antes en los trenes que conectan a la capital con la periferia occidental en la que se encuentra el escenario del encuentro disputado hoy, que fue presenciado por 48.656 personas.
Nueva Zelanda conquistó el primer trofeo de estos mundiales, en 1987, y también los dos más recientes, en 2011 y 2015. Ahora se enfrentará a Inglaterra en un semifinal que se disputará el próximo sábado en Yokohama, al sur de Tokio.