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Mikel Landa somete a Roglic en el Mortirolo y Carapaz es más líder

Ciccone gana la decimosexta etapa del Giro, mientras que el ecuatoriano del Movistar aventaja ahora en 1:47 a Nibali y en 2:09 a Roglic.

Ciccone gana la decimosexta etapa del Giro, mientras que el ecuatoriano del Movistar aventaja ahora en 1:47 a Nibali y en 2:09 a Roglic.
Richard Carapaz, con la maglia rosa de líder del Giro de Italia. | EFE

El ecuatoriano Richard Carapaz refuerza la maglia rosa del Giro de Italia tras una exhibición junto al español Mikel Landa en el Mortirolo, donde el Movistar y el italiano Vincenzo Nibali sumaron fuerzas para someter al esloveno Primoz Roglic, quien cedió en meta 1.23 minutos.

Inmensa gloria para el italiano Giulio Ciccone (Trek), ganador de la decimosexta etapa entre Lovere y Ponte di Legno, de 196 kilómetros, en la que reforzó la maglia azzurra de la montaña, y paso de gigante para Carapaz, inexpugnable aferrado a una maglia rosa que va tomando color de campeón.

Ciccone rubricó la escapada del día con un tiempo de cinco horas, 36 minutos y 24 segundos, batiendo al final al checo del Astana Jan Hirt. Por detrás varios ilustres se dejaban el alma por rebañar segundos al crono. Un grupo de lujo con Carapaz, Mikel Landa y el animador de la fiesta, el Tiburón Vincenzo Nibali, llegó a 1:40. A partir de ahí a contar. Movistar hablaba de alejar a Roglic un minuto pensando en la crono del domingo, El premio fue mayor. El esloveno cedió en el Mortirolo y llegó a meta a 1:23 de sus rivales directos.

Queda Giro, pero la general aclara posiciones. Carapaz se hace fuerte, Nibali pasa a ser segundo a 1:47 y Roglic baja a la tercera plaza a 2:09. Por su parte, Mikel Landa sigue asomando, en labores de gregario y dominador de la situación en el Mortirolo. Es cuarto con el mismo tiempo del esloveno.

La etapa reina no subió el Gavia, la cima Coppi, debido a la acumulación de nieve, pero estando el Mortirolo en el menú nadie se podía quedar con hambre de espectáculo. Las estrategias empezaron muy pronto con una escapada numerosa de 21 corredores, con todos los equipos de los favoritos representados, entre ellos el costarricense Andrey Amador (Movistar) y Pello Bilbao (Astana). Movistar se encargó de mantener a raya la fuga sin excesivo desgaste. Ciccone, líder de la montaña, animó la jornada pasando en cabeza por el Passo Cevo (3a), con el pelotón a 4 minutos. Después en Aprica (3a) repitió el italiano con las mismas diferencias.

Como estaba previsto, y a falta del Gavia, el Passo del Mortirolo (1a, 11,9 kms al 10,9 por ciento) iba a ser el escenario de la gran batalla entre los favoritos, en esta ocasión un escenario feroz con lluvia que añadía pimienta a pelea. Nada menos que el considerado puerto más duro de Europa. Mientras la escapada se iba desgranando pedalada a pedalada con Ciccione entero con su maglia azzura, el encargado de encender la mecha fue Vincenzo Nibali, ayudado por su hermano Antonio, ambicioso como siempre y dispuesto a cimentar su tercer Giro.

El mordisco del Tiburón siciliano descolgó a Roglic y Yates, y en un principio al resto de rivales, pero con paciencia y en comandita, el Movistar aguantó a pocos metros con Antonio Pedrero, Landa y Carapaz, acompañados por Supermán López. Nibali no logró abrir una diferencia apreciable, su superioridad no era aplastante, por lo que decidió esperar a Carapaz y compañía, bajo el aguacero, en minoría con un Movistar que añadió a Andrey Amador al grupo. Ya eran tres piezas del Movistar para coronar, abrigarse y afrontar un descenso que con el asfalto mojado iba a ser muy peligroso.

Ciccone coronó al frente como un coloso en el gigante Mortirolo con 3.49 sobre los favoritos, quien a su vez estaban endosando 1.30 minutos a Roglic y Yates. Épica a chorros en la etapa reina del Giro, bajada cauta para evitar accidentes. López se adelantó para encontrarse con su compañero Pello Bilbao, quien ayudó al colombiano en el descenso, que no es precisamente el punto fuerte de Supermán.

El Giro empezaba a hervir. El minuto que anhelaba Carapaz ante la crono del último día respecto a Roglic crecía hasta 1.30. La maglia rosa ganaba tono y el ecuatoriano se sentía abrigado por dos compañeros. La experiencia de Landa aportó con movimientos calculados, sin locuras que pudieran costar caídas. Se acabó la bajada del Mortirolo. Ciccone y el checo Hirt volaban con 4.20 sobre López y Bilbao y 4.41 sobre los Movistar y Nibali. Pero quedaba etapa. Los 7 kilómetros finales hasta Ponte di Legno "picaban" hacía arriba.

El tramo final unió a los perseguidores de la general, menos a Roglic y yates, que sufrían bajo el diluvio viendo cómo el Giro se les escurría de las manos como una pastilla de jabón. Mientras Ciccone y Hirt ya marchaban pensando en cómo gestionar el triunfo de etapa, por detrás Nibali tensaba el ritmo con la ayuda interesada de Landa y Carapaz, unidos en la eliminación de rivales.

El ecuatoriano hacía de líder y de gregario, sin regatear una pedalada, por la ambición de cumplir un sueño que se acerca cada día más. No quiere ser "la locomotora" un líder de paso, sino definitivo, y sus enemigos ya lo saben, y de qué manera. Un tren inalcanzable con los hombres más fuertes del Giro. Ya era cuestión de poner los cronómetros en marcha para ver el retraso de Roglic, una vez más clavando la rodilla en los citas de montaña. Delante Ciccone no tuvo rival, arrancó cuando quiso y fulminó a Hirt. Carapaz, Landa y Nibali remataron una etapa productiva. El objetivo que pedía el director del Movistar Eusebio Unzue en la jornada de descanso llegó con propina, fueron 1.23 minutos, y lo que es mejor, la sensación de un líder fuerte y un equipo dominador.

Este miércoles más montaña en la decimoséptima etapa entre Commezadura y Anterselva, de 181 kilómetros y llegada en alto con un puerto de tercera de 4,5 kms al 8,5 de pendiente media.

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