La aparatosa caída y las lagrimas que se vieron sobre la pista en Indonesia hacían presagiar lo peor para Carolina Marín. La secuencia sucedió el pasado domingo en la final del World Tour Super 500. Marín se estaba imponiendo a su rival (9-2) Saina Nehwal cuando en un apoyo su rodilla dijo basta. Compitió durante varios puntos más, pero finalmente tuvo que retirarse.
Los malos presagios pronto fueron confirmados: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Una lesión bastante común en el mundo del deporte y que afecta a muchos deportistas al año. Por lo tanto, la deportista se ve obligada a pasar por el quirófano de la Clínica CEMTRO de Mdrid este mismo martes para comenzar con la recuperación.
Toca prepararse para la batalla más difícil, pero no tengo dudas de que volveré más fuerte p>
Time to be ready for the hardest battle, but I have no doubts that I'll be back stronger href="https://twitter.com/hashtag/PuedoPorquePiensoQuePuedo?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw">#PuedoPorquePiensoQuePuedo pic.twitter.com/UC5YBIEV5y
— Carolina Marín (@CarolinaMarin) January 28, 2019
Como ella misma lo ha calificado en redes sociales, comienza "la batalla más difícil". El tiempo medio de recuperación de una lesión de este calibre suele oscilar entre los cuatro y seis meses para un deportista de élite lo que le obligará a prepararse contrarreloj para volver lo más rápido posible. Lo hará con un único objetivo en mente: el Mundial de Basilea que se celebrará del 19 al 25 de agosto. Llegará justa de preparación, pero su intención es disputarlo y conseguir su cuarto oro.