Un equipo de curling, en el que se encontraba el campeón olímpico en Sochi 2014, el canadiense Ryan Fry, fue expulsado de una competición del World Curling Tour en Alberta (Canadá) el pasado fin de semana porque tanto él como sus compañeros estaban "sumamente borrachos".
Según el relato de varios espectadores, Fry y sus compañeros iban rompiendo escobas y diciendo palabras malsonantes mientras saltaban a la pista, por lo que el comité de la prueba decidió desalojarlos y descalificarlos.
"Vengo al evento a competir y a disfrutar del deporte. Mis acciones han sido muy desafortunadas y me avergüenzo, el comité hizo bien en descalificarnos", decía el propio Fry en un comunicado publicado por la cadena Canadian Broadcasting Corporation (CBC). "Me permití perder el control y he ofendido a muchas personas con mis acciones. Sólo deseo pedir perdón a todos y cada uno de ellos individualmente", añade en el escrito.
Además de Fry, en el equipo también figuraban los curlers Jamie Koe, Chris Schille y DJ Kidby. Todos ellos han sido expulsados por el World Curling Tour alegando "comportamiento antideportivo".
Los hechos protagonizados este fin de semana por el equipo canadiense son muy poco habituales en un deporte en el que impera la caballerosidad, como demuestra el hecho de que es tradición que el equipo ganador invite a una ronda de bebidas a los perdedores al acabar el encuentro, gesto éste que es correspondido por estos últimos en la segunda ronda.