Un suceso ocurrido este domingo durante la maratón de los Juegos de la Commonwealth, que se han celebrado en Australia, ha indignado al mundo del deporte. Y no es para menos.
Bajo un sol plomizo y con una temperatura de 30 grados, el maratoniano escocés Callum Hawkins se desplomó durante la última jornada de la competición y no recibió la ayuda de nadie.
El británico marchaba en cabeza cuando empezó a sentirse indispuesto. Tras un primer desvanecimiento, Hawkins pudo reincorporarse a la carrera y continuar, pero pocos minutos después, a falta de dos kilómetros para la meta, sufrió un nuevo desmayo del que ya no pudo levantarse.
Después de caer al asfalto, nadie prestó ayuda al escocés. Ni los espectadores, ni los miembros de la organización... ni siquiera el australiano Michael Shelley salió en su auxilio cuando le rebasó y pasó a liderar la carrera.
Minutos más tarde llegó la ambulancia y Hawkins fue trasladado al Hospital Universitario Gold Coast —este del país—, donde todavía permanece ingresado. Su estado de salud no es preocupante.