El escándalo que provocó el robo de la camiseta del mariscal de campo de los Patriots de Nueva Inglaterra, Tom Brady, que había dejado en el vestuario del equipo tras concluir el partido del Super Bowl LI, disputado en Houston, ha hecho que este año el control a los periodistas se haga mediante identificación por radiofrecuencia (RFID).
Un lector de RFID es también conocido como interrogador y tiene como objetivo principal transmitir y recibir señales, convirtiendo las ondas de radio de las credenciales en un formato legible para las computadoras.
El robo de la camiseta, que protagonizó el periodista mexicano Mauricio Ortega, exdirector del periódico La Prensa, del uniforme valorado en medio millón de dólares, dejó al descubierto que también había sido el autor de la sustracción de otros artículos.
Entre ellos, otra camiseta del propio Brady, que se puso en la 49 edición del Super Bowl de 2015 y los zapatos y casco que el jugador defensivo de los Broncos de Denver, Von Miller, llevó en otra final.
Los hechos delictivos descubiertos han generado que este año las medidas de seguridad implementadas por la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) a los cientos de periodistas que cubren la 52 edición del Super Bowl se hayan actualizado los procedimientos con la aplicación de los últimos adelantos tecnológicos.
Como parte de los nuevos ordenamientos, la entrada de los medios a los vestuarios de los equipos después de que haya concluido el partido del domingo entre los Patriots y los Eagles de Filadelfia será escaneada por lectores RFID, que ayudarán a dar seguimiento todo el tiempo a los que vayan a estar dentro.
Además, el acceso a los vestuarios solo estará permitido a los profesionales con una credencial de medios que tanto a la entrada como a la salida debe registrarse, usando los lectores RFID, colocados en las puertas de los recintos donde están los jugadores.
Cada credencial tiene un chip incorporado –la de medios de comunicación y la de otras personas– y un lector en cada entrada, lo que implica que si no registras la salida impedirá volver a entrar al vestuario.
Los chips y los lectores RF son nuevos y se han convertido en la gran novedad que ha sido aplicado al personal de los medios de comunicación acreditados al Super Bowl LII.
En partidos normales de la temporada regular de la NFL, y como se hacía antes en los Super Bowls, las credenciales solo eran revisadas por el personal de seguridad que se encontraba en la puerta de los vestuarios. Necesitabas un pase para entrar, pero podías entrar y salir sin ningún tipo de limitación, y lo único que se requería era mantener visible la acreditación, pero sin que hubiese ningún tipo de registro real de las personas que entraban y salían de los vestuarios.
Todo ha cambiado desde el incidente del año pasado, ocurrido en el vestuario que los Patriots tuvieron asignado en el NRG Stadium de Houston, donde se disputó el partido de la 51 edición del Super Bowl que ganaron los Patriots (28-34) ante los Falcons de Atlanta.
El robo de la camiseta de Brady llevó de inmediato a abrir una investigación con la participación de la policía de Houston, los Rangers de Texas y el FBI que descubrieron al ladrón gracias a las imágenes de un vídeo que había grabado una cadena de televisión.
"Hemos trabajado extensamente desde el pasado Super Bowl, no solo con los equipos, pero también con el estadio y la tecnología", declaró Cathy Lainer, jefa de seguridad de la NFL. "El sistema de acreditación ha cambiado. Quien tiene acceso, cuando y como lo obtienen también ha cambiado. Específicamente a cuál puerta entras y a qué hora accediste".
Si un partido típico de la NFL requiere la participación de 10 agencias diferentes de seguridad que van desde el FBI a las compañías privadas, cuando llega el Super Bowl el número se incrementa hasta las 40, con la inclusión de las de Aduanas, Patrulla Fronteriza y la Administración Federal de Aviación, como responsable de cerrar el espacio aéreo.
"Queremos verlo como que estamos haciendo todo lo posible con cámaras y tecnología, para mantener la seguridad en el camino hacia los vestuarios y también dentro", explicó Lainer. "Ha sido una extensa revisión y extensos cambios los que hicimos, pero como saben, incluso con personas identificadas en una operación muy ajustada de seguridad, puede haber incidentes. Esperemos que no suceda ninguno este año".
Como evento deportivo más importante del año en Estados Unidos y el más visto por la televisión, el Departamento de Seguridad Nacional le ha dado al Super Bowl la máxima categoría de protección como se hace con la ceremonia de la inauguración presidencial.
"Tiene la misma complicación y la misma importancia por lo que el trabajo es exhaustivo y metódico en cada uno de los aspectos relacionados con la seguridad, que al final será lo que haga que la gran fiesta deportiva sea motivo de celebración y alegría, sin importar cual sea el equipo ganador o perdedor".
Se espera que para el partido del Super Bowl LII la asistencia de espectadores al U.S. Bank de Minneapolis sea de más de 70.000 aficionados.