Alberto Contador cuelga la bicicleta por la puerta grande. El ciclista madrileño destapó el tarro de las esencias en el terrorífico Angliru. Un ataque marca de la casa en el inicio de las rampas del 'Infierno del Norte' que dejó tirados a todos los favoritos.
RT lavuelta: ¡Cómo está subiendo L'Angliru albertocontador !
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— CycleBot (@TheCycleBot) September 9, 2017
Con Marczynski escapado con 1.40 minutos de renta, por detrás arrancó Contador acompañado de Pantano y Enric Mas. Era el inicio del Angliru, el "ogro" de la Vuelta, con sus 12.5 kms al 9.8 y rampas del 23 por ciento. Considerado el puerto más duro de Europa junto al Zoncolan italiano.
En una etapa preciosa, de las que hacen afición, Alberto llegó a sacar 1:20 al grupo de favoritos. El esfuerzo hizo mella en el ciclista madrileño, que llegó muy justo a los dos últimos kilómetros. Llevando en volandas por la afición, Contador apretó los dientes, se llevó la victoria de etapa y rozó la gesta de entrar en el podio: se quedó a 20 segundos de Zakarin.
Impresionante el paso en solitario (un decir) de Alberto Contador por la Cuñe des Cabres camino del Angliru pic.twitter.com/8oDWGtiIMQ
— Pepe Elías (@Pepelias17_) September 9, 2017
Las lágrimas de emoción de Contador, ponen los pelos de punta: "Te imaginas mil despedidas, pero ninguna como esta". Conquistó el puerto español más temido por segunda vez, en solitario, a lo grande, disparando por última vez. Un tiro a la historia.
Se quedó sin podio finalmente, pero esta victoria, la sexta en la Vuelta a sus 34 años, le marcará para siempre al único español que ha ganado las tres grandes (2 Tours, 2 Giros y 3 Vueltas). Le siguieron en meta, a 17 segundos, el belga Wouter Poels y su jefe Chris Froome (Sky), con la sonrisa del ganador final. Por fin, al sexto intento, el británico entrará de rojo en Madrid. Honor al cuádruple vencedor del Tour.
En la lucha por el podio, Zakarin le birló el tercer puesto al holandés Kelderman, mientras que el italiano Vincenzo Nibali conservó la segunda plaza. Junto a Froome subirán al podio en La Cibeles.