Elegidos para el triunfo es una célebre película de Disney de comienzos de los años 90, considerada una de las más afables de las que se han hecho sobre temática deportiva, y todo un símbolo sobre la generación de finales de los 70 y los 80. Sin embargo, su rocambolesca historia está basada en un hecho real y, pese a que se tomó sus obvias licencias, la trama central fue más que verídica.
Sí, efectivamente, Jamaica participó en los Juegos Olímpicos de Calgary del 88. A pesar de que se trata de un país tremendamente cálido, con una temperatura media de unos 25º, y en el que jamás han visto la nieve, estuvo presente en unos Juegos de Invierno. Y su historia es realmente curiosa…
Todo comenzó en el verano del 87 con George Fitch y William Maloney, dos estadounidenses que se encontraban en Jamaica de negocios. Una tarde presenciaron una competición de push cars, habitual en la isla caribeña, y que consistía en carreras mediante carritos de transportar mercancías a través de calles con pendiente. Y observaron que la técnica, en definitiva, era muy similar al bobsleigh, deporte olímpico.
Fitch y Maloney pensaron inicialmente en convencer a atletas jamaicanos para formar un equipo, pues su capacidad de velocidad ya estaba entonces fuera de toda duda, antes de la llegada de los Bolt o Blake. Pero éstos desecharon la idea, considerándola un disparate. Entonces, los dos estadounidenses acudieron a un viejo conocido, Ken Barnes, coronel del ejército jamaicano, y a quien sí convencieron.
Después de varias pruebas, y a pesar de continuas negativas, se decidió que los cuatro integrantes del equipo serían el capitán Dudley Stokes, el teniente Devon Harris, el soldado Michael White y el ingeniero del ejército Samuel Clayton. Lógicamente, serían entrenados por un estadounidense, Howard Siler, quien había competido a nivel internacional en bosleigh.
Entrenamientos de hielo… sin hielo
Comenzaron los entrenamientos, no siempre en las mejores condiciones. Normalmente, en una pista de cemento fabricada por el ejército jamaicano. Pero despertó la curiosidad de mucha gente y, gracias a la aportación de un benefactor secreto, y al apoyo económico y técnico de la Federación Estadounidense de Bobsleigh, se pudieron permitir un curso de conducción en Austria y, ahora sí, una preparación en el anillo de hielo indoor de Lake Placid. Era la primera vez que tocaban la superficie en la que pocas semanas después deberían competir en unos Juegos Olímpicos.
Su llegada a Calgary fue fulgurante. De inmediato se convirtieron en los favoritos del público, atraído por lo exótico de ver a un país como Jamaica compitiendo en unos juegos de invierno. Más aún cuando, en la tercera manga de competición, lograron una asombrosa séptima plaza.
Pero en la cuarta y definitiva sufrieron una aparatosa caída, que les llevó hasta la posición 22 de 31. Aun así, consiguieron cruzar la meta por su propio pie, caminando bajo los aplausos de un público conmovido. Pese a no ganar, habían conseguido todo un triunfo, provocando que todos los aficionados estuvieran con ellos, y ganándose el respeto de todos los competidores. Lo que hacía tan solo unos meses era una auténtica locura, se había convertido en realidad. Por eso, en el regreso a casa fueron tratados como héroes.
Posteriormente, el equipo de bobsleigh de Jamaica participó en los Juegos de Invierno de Albertville, Francia, de 1992, y en los Juegos de Invierno de Lillehammer, Noruega, de 1994. Ahí consiguieron un más que aceptable 14º puesto, por delante de equipos como Estados Unidos, Rusia, Francia o Italia.
No sólo eso, Jamaica ha seguido estando presente en todos los Juegos Olímpicos de Invierno desde entonces –a excepción de Turín 2006–, y hoy en día cuenta con una de las técnicas de salida más rápidas de la competición mundial. Seguro que Fitch y Maloney jamás pensaron que iban a conseguir tanto. Seguro que aquellos cuatro intrépidos jamaicanos jamás pensaron que iban a convertir el bobsleigh en un deporte tradicional de Jamaica. Una de las pruebas estrella de los deportes de nieve en un país donde nunca han visto la nieve. El deporte…