No tiene una rutina diaria para entrenar ya que su horario de guardia civil, con sus distintos turnos, no se lo permite. Practica cuando puede muay thai y, pese a que este deporte casi no tiene adeptos en España, Yohanna Alonso se proclamó campeona del mundo hace unos días en Tailandia.
Sus padres la empujaron hacia la gimnasia rítmica pero ella se decantó por un deporte que le ha quitado casi toda su vida privada. Yohanna, de Gijón y nacida en 1983, ha tenido que renunciar a su familia y a sus amigos por un logro que, una vez conseguido, admite haberle dado más tristezas que alegrías. Esta es la historia de cómo una mujer, sin ayuda de la Federación, sin casi estructuras para competir, ha logrado ser la mejor del mundo en una disciplina que ella recomienda a las mujeres que han sufrido violencia de genero. "Reporta un refuerzo físico pero también mental", asegura.