Existen ciertas controversias sobre quién fue el primer deportista olímpico español que consiguió una victoria. Dudas que, aún a día de hoy, continúan, y evidentemente parecen de difícil resolución.
Tradicionalmente se otorgó dicho honor a Lucio Cecilio Optato, originario de Barcino (Barcelona) que pasó la mayor parte de sus años sirviendo al Imperio Romano, alcanzando glorias y honras, hasta el punto de convertirse en capitán de la legión séptima –nombrada Gemina Felice– y de la legión Apolinar, la quincena.
Según publicaba un artículo del Comité Olímpico Internacional, el nombre de Lucio Cecilio Optato aparecía en una lápida descubierta en unas excavaciones realizadas en Barcelona como ganador de una medalla de oro en los Juegos de la 241ª Olimpíada. Algo que, en realidad, era imposible, puesto que a los vencedores se les otorgaba una corona de olivo, aunque en el artículo se explica que se citó de tal manera para hacer más comprensible su triunfo en Olimpia.
Años más tarde, coincidiendo con los Juegos de Barcelona de 1992, la Oficina Olímpica presentaba un nuevo artículo en el que se declaraba a Lucio Mineli Natali como el primer vencedor olímpico español. Según rezaba el artículo, en el listado de ganadores de la 227ª Olimpíada –en el año 129 de nuestra era– aparecía su nombre en el lugar 846, como vencedor de la carrera de cuadrigas.
Así se confirmó cuando fue hallada una inscripción en la que se agradecía su donación de la cuadriga con la que había vencido, inscripción en la que también aparecían sus cargos: cónsul y gobernador del África Proconsular. "El pretor Lucius Minelis Natali que venció con el carro indemne en la 227 Olimpiada, hace donación del carro. Fue cónsul y procónsul de Libia", reza exactamente la columna.
Eso sí, Lucio Mineli Natali participó en aquellos Juegos como ciudadano romano, pero al haber nacido en Barcelona la Academia Olímpica Española lo consideró como el primer vencedor olímpico español de la historia.
Además, hay que añadir que los campeones olímpicos de las carreras de cuadrigas eran sus propietarios, y éstos no tenían por qué ser los aurigas. Por lo que la hipótesis de que el auriga fuera un esclavo adquirido y no el propio Mineli Natali no ha podido ser descartada.
El legado de Cecilio Optato
En cualquier caso, y aunque finalmente se le haya retirado el honor de ser el primer vencedor olímpico español, no hay que desdeñar el legado que dejó Lucio Cecilio Optato. Y es que, cuando alcanzó la licencia para dejar la batalla, regresó a Barcino, y donó una importante cantidad económica para que cada 10 de junio se celebrara en la ciudad un importante espectáculo pugilum.
Doy, lego y deseo que se entreguen 7.500 denarios, de cuyos intereses al 6% quiero que se celebre todos los años el día 10 de junio un espectáculo de púgiles por valor de 250 denarios, y que el mismo día se suministre en las termas públicas aceite para el pueblo por un importe de 200 denarios.
Algo así como unos pequeños Juegos Olímpicos, de los que tanto había gozado en su época de legionario, y dejando también un aviso por si no se cumplían sus exigencias con su dinero:
Quiero que se emplee este obsequio en la forma indicada con una condición: que mis libertos, así como los libertos de mis libertos y libertas a quienes correspondiere el honor del sevirado, sean dispensados de todas las cargas de dicho sevirado. Y si a alguno de ellos se le exigiera el pago de tales cargas, dispongo que los citados 7.500 denarios sean entregados a la ciudad de Tarraco, a fin de que en la ciudad Tarraco se celebren los espectáculos con las mismas condiciones expresadas más arriba.