El mundo del running permite a las personas que lo practican mantener una vida sana y a la vez hacerlo de forma económica. Es un deporte para todo el mundo y que se puede practicar en cualquier parte y eso lo convierte en una de las modas deportivas más asentadas en la última década.
Pero siempre acaba llegando ese momento, aquel en el que toca enfrentarse al momento más complicado: dar tu primer paso como corredor.
Es cierto que no se necesita demasiado para empezar a ser un runner, pero conviene echar un vistazo a los consejos principales que evitarán lesiones inoportunas o un exceso de entrenamiento.
Consejos básicos:
1.- Ropa y calzado adecuado.
El running es un deporte barato y con cuatro cosas básicas se puede empezar a practicar esta modalidad deportiva. El calzado es muy importante ya que la amortiguación de las zapatillas evitará que las rodillas sufran, sobre todo si se corre en un superficie como el asfalto. Asesórate sobre las zapatillas que mejor se pueden adaptar a tu físico.
La ropa también es importante debido al roce con la piel que nos podría provocar irritaciones incómodas a la hora de correr. Una camiseta y un pantalón transpirables y cómodos ayudarán a recorrer mayores distancias.
2.- Hidratación
Da igual el tiempo que lleves corriendo, la hidratación es lo más importante. Antes, durante y después de hacer cualquier tipo de deporte es mejor adecuar el cuerpo a la exigencia a la que vamos a exponerlo.
Una hora antes de empezar a correr es bueno hidratarse para una vez iniciado el circuito tener unas reservas suficientes de agua que nos permitan realizar un trabajo adecuado. Durante la carrera también es importante beber cada cierto tiempo y hacerlo de manera lenta y progresiva. Grandes tragos de agua pueden provocar el denominado flato.
3.- Paciencia y calma
Si nuestro cuerpo nunca ha experimentado la exigencia del running no podemos pedirle que el primer día nos permita correr una media maratón. El inicio en el running debe ser lento, pero continuado. Marcarse objetivos reales hará que cada día realizado sea un triunfo y no un fracaso.
En los inicios, lógicamente, nos costará mucho más realizar trayectos largos y habrá días en los que nuestra mente nos invite más a parar que a seguir corriendo. Lo importante en esos momentos es tener paciencia, guardar la calma y saber que cada día completado es un progreso realizado.
4.- Buscar un recorrido conveniente
El lugar donde practicar el running depende mucho del sitio en el que la persona viva o el espacio que tenga alrededor para correr. La mayoría de parques de las ciudades están llenas de runners que han diseñado ya su circuito con los elementos que tienen alrededor.
Según se vayan mejorando los tiempos y las distancias marcadas se puede ir variando el circuito elegido para dificultarlo o incluso cambiarlo para romper con la rutina.
5.- Calentamiento previo
Antes de forzar los músculos y las articulaciones hay que prepararlas y eso sólo se consigue con un calentamiento previo eficiente. De esa forma se evitarán lesiones que frenen la progresión que estamos teniendo con nuestros entrenamientos. Estiramientos tanto en el tren superior como inferior, ayudarán a coger la temperatura muscular óptima.
6.- No forzar en exceso
Los primerizos en el mundo del Running tienden a buscar resultados rápidos en muy poco tiempo. Lo importante a la hora de hacer cualquier deportes es no perder nunca de vista un objetivo accesible con el nivel que ostentamos.
Aguantar el dolor para probar que podemos alcanzar cotas más altas no es un buen consejo si queremos seguir evolucionando. Es mejor parar a tiempo y no lesionarse que tener que parar dos semanas por una sobre esfuerzo innecesario.
7.- Descanso
Si te estás iniciando en el mundo del running sin ninguna base previa lo mejor es dar a tu cuerpo el descanso que se merece. No se puede ir a correr todos los días si no estamos preparados para ello.
Lo mejor a la hora de iniciarse es correr un día sí y otro no, marcando de esta manera tiempos lógicos de recuperación. También hay que tener en cuenta las condiciones ambientales y saber cuándo se puede ir a correr sin peligro y cuándo es más probable que tengamos dificultades en el recorrido o en nuestra condición física.