No tener brazos no es ningún impedimento para jugar al tenis de mesa. Al menos no para Ibrahim Hamato. Este egipcio de 43 años es una de las sensaciones de los Juegos Paralímpicos que se están disputando en Río de Janeiro. Sostiene la pala con la boca y devuelve las bolas con bastante rapidez.
Hamato ha finalizado el torneo paralímpico individual en undécima posición y en breve comenzará la competición por equipos. Su dominio de la pala con la boca es total, pero encima hay que sumarle un hándicap más: Ibrahim no nació con ninguna minusvalía y aprendió a jugar sin brazos siendo ya un adolescente.
El caso es que nuestro protagonista perdió las dos extremidades en un accidente de tren cuando tenía 10 años y tres después comenzó a jugar probando distintas partes del cuerpo. Primero con la axila, pero finalmente se acabaría decantando por la boca en vista de que obtenía mejores resultados.
Su lema es "never give up" (nunca te rindas) y tiene una frase categórica que resume a la perfección su forma de ver la vida. "La discapacidad no está en los brazos o piernas; la discapacidad es no creer en lo que tú quieres hacer", dice Hamato en un vídeo de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF).
"Juega muy bien, no podía creerlo", dice de él el chino Ma Long, número uno del mundo de tenis de mesa. "Nunca había visto nada igual", señala, por su parte, Jun Mituzani, el mejor jugador de Japón.
"Espero que esto muestre a la gente que nada es imposible, siempre y cuando uno trabaje duro", relata Ibrahim, que este año participa en sus primeros Juegos Paralímpicos después de llevar dos tercios de su vida dedicados al tenis de mesa. Como la gran mayoría de sus 90 millones de compatriotas, el egipcio también es un gran aficionado al fútbol y su ídolo es el madridista Cristiano Ronaldo.