Los Juegos de Río han estado marcados, además de por la emoción y el espectáculo competitivo, por el caos que ha reinado fuera de las instalaciones deportivas -sin olvidar el impactante cambio de color de una de las piscinas utilizadas en la prueba de salto de trampolín en el Centro Acuático María Lenk-.
En Río, los deportistas han tenido que pasar calamidades de todo tipo: inseguridad, transporte mal organizado, parte de la Villa Olímpica en estado mugriento e inhabitable...
Una de las primeras delegaciones que puso el grito en el cielo por el mal estado de los departamentos donde debían alojarse sus deportistas fue Argentina: problemas de electricidad, fontanería -el sistema de aguas residuales no funcionaba- y la suciedad como ADN en algunas de las habitaciones asignadas a los deportistas argentinos, complicaban la estancia a los mismos.
Manu Ginóbili, escolta argentino de los San Antonio Spurs, publicó en su blog personal manuginobili.com, una fotografía de la que fue su casa durante quince días en su aventura olímpica. ¿Estaría rodeado de lujo un deportista de su nivel? Así lucía su habitación en su último día en Río.
'Manudona' acompaña la imagen con un desternillante mensaje en el que contextualiza la instantánea y explica a las claras porque decidieron prescindir del servicio de limpieza:
"Para ubicarlos un poco en tiempo, les digo que esta foto se tomó 15 días después de haber llegado, que en ese momento ya llevábamos cinco días sin servicio de limpieza (decidimos cancelarlo después que "desaparecieran" algunas cositas del departamento), que somos bastante desordenados, que la habitación era bastante pequeña y que para ese tramo, la mugre nos estaba empezando a tapar (¡Por fortuna en la foto no sale lo que estaba debajo de la cama!)"
Además,el jugador argentino se acuerda de su progenitora con un excelso mensaje lleno de ironía :
"Discúlpame mamá por el desorden. Sé que hiciste un gran trabajo educándome y hablándome sobre la importancia del orden. Esto fue solo un lapsus y no se volverá a repetir"
Ginobili, genio y figura, se ríe de su propio desorden, y de paso, y con una sutileza sublime, manda un recado a los organizadores de Río. Además del jugador del Real Madrid Andrés Nocioni, la leyenda argentina tuvo más acompañantes en su departamento...
"Ninguna cucaracha fue maltratada o herida en el transcurso de estas dos semanas. De hecho, creemos haber contribuido a su bienestar"
Para finalizar, Ginóbili hace una lista de cada objeto que aparece en la fotografía, entre otros, teléfonos móviles, perfume, las gafas de Nocioni sujetadas entre una pera y un plátano, cargadores portátiles de baterías, repelentes contra el Zika, eBook Kindle, accesorios de audio, la credencial olímpica, una camiseta de Racing de Avellaneda, zapatillas, bolsa de souvenirs, medias usadas por Manu en la ceremonia inaugural, recuperador alimenticio, mochila...
Ginóbili, que es pura clase dentro y fuera de la cancha, utiliza la sorna, el arte y la ironía, para riéndose de sí mismo, destapar algunos de los problemas sufridos en los departamentos de la Villa Olímpica: mugre, cucarachas o hurtos.