Llamó la atención de todos con sus gestos. Era la medalla de plata de la prueba más exigente del atletismo olímpico, el maratón, pero su entrada fue un tanto extraña. Feliz, sí. Pero realizando un gesto que nadie alcanzaba a comprender. No se sabía bien que era. Pero también parecía evidente que no era una simple celebración. Ahora se ha comprendido todo. El etíope Feyisa Lilesa teme por su vida.
Así lo ha manifestado el atleta: "los oromos están protestando, y yo me he sumado a la causa porque formo parte de ellos. El gobierno está matando a mi gente y por eso quiero dar voz a estos hechos allá donde vaya. Mis amigos y familiares están en prisión y si hablan de derechos democráticos les matan".
Los amhara gobiernan con mano de hierro Etiopía, sometiendo a los oromo desde hace décadas. Persecución que se ha acrecentado en los últimos años. Lilesa, pese a su medalla de plata en los Juegos Olímpicos, no está a salvo. Ante todo, es oromo. Ni él ni su familia están fuera de peligro.
Tanto es su temor que, afirma, no quiere regresar a su país. Otro lo haría como un ídolo, con una medalla de plata olímpica colgada al cuello. Pero no es el caso. "Si vuelvo a Etiopía seguramente me matarán. Si no me matan, me encerrarán en la cárcel. El gobierno de Etiopía está matando a la población Oromo del país y les está sacando todos los recursos que tienen.
Además, tras estas palabras, Lilesa podría enfrentarse a una sanción del Comité Olímpico Internacional, que no permite las manifestaciones políticas durante sus eventos. Pero seguramente no es lo que más preocupa al atleta etíope. "Yo les pido que ustedes, los periodistas, hablen de la democracia que no existe en mi país, y de los intereses económicos que apoyan la represión de los oromo".