Ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos es el sueño de cualquier deportista. Muchos de ellos rompen a llorar de la emoción. No es el caso de Yulia Efimova, que sí lloró pero no de alegría. La nadadora no pudo celebrar como ella hubiera deseado la medalla de plata que logró en la final de los 100 metros braza. Efimova, rusa, es cuatro veces campeona del mundo pero ha dado positivo en varios controles anti dopaje y por mucho curriculum que tenga, en la piscina eso no se olvida.
La nadadora tiene el rechazo del público y de sus compañeras de piscina. Lilly King, la campeona, no se mordió la lengua cuando le preguntaron. “Sería algo muy grande ganar a aquellos que hacen trampas”, afirmó. No la quiere en Río. No la acepta y no lo oculta. Efimova ganó su serie de semifinales y cuando la televisión emitió la imagen en las pantallas, la americana negaba su victoria con el dedo.
La polémica en #Natacion
— Mamen Hidalgo (@Mamen_Hidalgo) 9 de agosto de 2016
1) Lily King negando a Efimova ser la número 1 (por dopaje) pic.twitter.com/N2ClVqCisM
La lituana Meeilutyte, oro hace cuatro años, dijo que “nunca es agradable” competir contra ella. Fiona Doyle fue la más contundente al llamarla “tramposa”. Luego añadió que “no es justo para el resto que estamos limpios. ¿Cómo vamos a confiar ahora?”, preguntó. Son voces con autoridad. Hasta Michael Phelps, el mejor deportista de la historia de los Juegos Olímpicos, ha sido crítico con la presencia de Efimova que está viviendo un calvario. Pitada por el público antes y después de la carrera, sus rivales felicitan a las otras dos medallistas pero no a ella. Está marginada. Está señalada de por vida.
2) Efimova sale a la piscina entre pitos pic.twitter.com/Nw1xky6zAs
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Efimova ha llegado a Brasil no exenta de polémica. Polémica lógica tras dar positivo en dos controles antidoping. La primera fue en 2014. Cumplió 16 meses de sanción, le quitaron cinco medallas y un récord mundial. Ella alegó desconocimiento. Afirmó que pensaba que había tomado suplementos vitamínicos y no anabolizantes. Hace cinco meses dio positivo por Meldonium, sustancia conocida por la sanción a la tenista Maria Sharapova. Efimova se libró de una sanción porque alegó que lo había tomado antes del 1 de enero, fecha en la que la AMA – Agencia Mundial Antidopaje- prohibió el Meldonium.
La FINA – federación internacional de natación- la vetó de los Juegos Olímpicos pero el COI la aceptó en el mismo día en el que comenzaba la competición en Río. La resolución del TAS anuló numerosas exclusiones basadas en el informe McLaren pero la gestión ha dejado dudas entre los deportistas limpios.
Y así termina Efimova. Con la plata, pero señalada por todos de por vida pic.twitter.com/LzRSYgON2p
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Los nadadores rusos se animan entre ellos, pero hay momentos en los que no hay apoyo suficiente. Efimova no pudo contener las lagrimas cuando recogió la medalla de plata. Nadie se acercó a ella para felicitarla. Estaba cumpliendo un sueño pero el contexto lo convirtió en una autentica pesadilla. En el cajón de los ganadores, sus dos rivales sonreían mientras ella lloraba.
“Sun Yang mea violeta”
Efimova no es el único nadador que está en el ojo del huracán. El chino Sun Yang, ganador del oro en los 200 metros libres ha sido criticado por el francés Camille Lacourt, subcampeón del mundo de 100 metros espalda. . “Me entran ganador de vomitar. Estoy asqueado. Me da mucha tristeza. Se parece al atletismo con dos o tres dopados en cada final. Espero que la FINA detenga esta masacre. Cuando veo a otros, da la impresión de que han tomado algo. Deberían competir entre ellos. Me asquea ver a tramposos. En el 200 libre, Sun Yang mea violeta”.
El nadador chino, campeón en 200 y 1500, fue sancionado en 2014 tras dar positivo por trimetazidina. Fue sancionado con tres meses pero su federación, casualmente, le dejó sin nadar cuando no había competiciones. Sus rivales no olvidan. Le niegan el saludo y le llaman “dopado”. Sun Yang sigue a lo suyo. Ganando. Se llevó el oro pero nadie le felicitó. Recibieron la medalla y al instante, el segundo y tercer clasificado, se marcharon. No querían una foto con él. Al menos a él, el público no le pitó como a Efimova.