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Exhibición, etapa y liderato para Chris Froome; Contador dice casi adiós

El británico, que bajó el Peyresourde a tumba abierta, ha ganado por delante de Daniel Martin y Purito Rodríguez. Contador se ha dejado 1:40.

El británico, que bajó el Peyresourde a tumba abierta, ha ganado por delante de Daniel Martin y Purito Rodríguez. Contador se ha dejado 1:40.
Chris Froome celebra su victoria en la meta de Bagnères-de-Luchon. | EFE

Chris Froome lo ha vuelto a hacer. El jefe de filas del Sky, campeón del Tour de Francia en 2013 y 2015, ha dado un golpe a la clasificación general en la primera jornada dura de los Pirineos. El británico atacó en el descenso del Peyresourde, último puerto del día, para sorprender a todos y cruzar en solitario la meta en Bagnères-de-Luchon, sacando una diferencia de 13 segundos a sus más directos rivales y haciéndose con el maillot amarillo de líder.

Froome, que se postula así, a las primeras de cambio, a su tercera victoria final en la ronda gala, ha logrado su sexta victoria de etapa en la Grande Boucle por delante del irlandés Daniel Martin (Etixx) y del español Joaquim Purito Rodríguez (Katusha). Se trata, además, del quinto triunfo británico en la presente edición del Tour tras los tres conseguidos por Mark Cavendish (Dimension Data) y el firmado este viernes por su compañero de equipo Stephen Cummings.

A esos 13 segundos de diferencia sobre el grupo de favoritos, entre los que se encontraba el colombiano Nairo Quintana (Movistar), hay que sumar otros diez de bonificación por ganar la etapa.

El gran damnificado del día ha sido Alberto Contador. El corredor español del Tinkoff, que se encontraba a 1:21 del británico, se ha dejado ahora 1:40 en la meta. De esta forma, la diferencia que tiene ya con Froome es de 3:12, por lo que tiene muy complicado volver a conquistar el Tour después de los triunfos que logró en las ediciones de 2007 y 2009.

Lo de Froome ha sido sencillamente brutal. El corredor de origen keniano ya manda en la general con 16 segundos de ventaja sobre Adam Yates y Purito, y 17 sobre Martin, cuarto. Quinto queda Alejandro Valverde a 19 segundos, mientras que Quintana es sexto a 23. Pero las diferencias prometen ser mayores con el paso de los días. "Ha sido un ataque sorpresa, de habilidad, sólo queda felicitar a Froome, pero no hay que hacer un drama", dijo Eusebio Unzue, director del Movistar en meta.

De los cuatro grandes puertos del menú de la etapa, el primer era su majestad el Tourmalet, "mal retorno" en la antigua lengua gascona, el símbolo de los Pirineos y de la montaña del Tour desde que Octave Lapize lo estrenó en 1910. Por su pendiente de 17 kilómetros al 7,4 por ciento se desgranó la primera escapada numerosos del día.

El francés Thibaut Pinot, picado en su orgullo tras haber perdido minutos la víspera, y el polaco Rafal Majka, compañero de Contador en el Tinkoff, quien dijo en la salida que en su equipo "hay dos líderes", en referencia al checo Roman Kreuziger, que hasta ahora era su gregario. Pinot y Majka se despegaron y marcharon con todo un mundo por delante. Ambos coronaron la cima, con el corredor galo al frente. Un pequeño regalo para la numerosa afición que lo aclamaba, y otro para él por los 5.000 euros del premio Jacques Goddet, legendario director del Tour.

Entre los favoritos se encargó el Sky de mandar en la subida. Un ritmo suficiente para hundir a unos cuantos, como el entonces líder Van Avermaet, Vincenzo Nibali o Alaphilippe, qie pronto tiraron la toalla. La fuga, que aumentó a tres en el descenso al unirse Tony Martin, estaba controlada a dos minutos.

En día tórrido, de maillots abiertos, el esquema se mantuvo en la Hourquette d'Ancizan (2ª, 8,2 kms al 9,9 %). Los Mikel, Landa y Nieve, infatigables, tiraban del jefe Chris Froome, relajado, en espera de acontecimientos, con el Movistar atento. En la cima el retraso se redujo a 1:24 minutos. El espejismo se esfumó en Val Louron (11 kms al 6,8), puerto donde Indurain cimentó su primer Tour en 1991. Pinot, Majka y Martin se diluyeron como azucarillos ante el impulso del Movistar, con Oliveira e Izagirre de locomotoras, y aún del Sky, que aún se exhibió para traspasar la cima con Poels y el propio Froome al frente, picados para evitar que Majka pasara primero.

Incansable la escuadra británica, con cinco hombres y batuta en mano en el ascenso al Peyresourde (1ª,7,1 kms al 7,8 %), último obstáculo con el tope a 16 de meta. Tranquilidad hasta que empezó el concurso de pruebas. A un cambio de ritmo del colombiano Henao (Sky) le siguió otro de Froome. Luego lanzó su carta Quintana. Selección de diez corredores en la cima con Froome, con chispa, al frente. Contador, descolgado, cruzó a 33 segundos, por detrás de Kreuziger, quizás nuevo líder del Tinkoff.

No acabó la exhibición de Froome, empeñado en sacar tajada. Esta vez no atacó subiendo. Atacó bajando el Peyresourde. Sentado en la barra, jugándose el pellejo, el defensor del título se largó. Imágenes inéditas, volcado sobre la barra de su bicicleta, a tumba abierta. Froome, en modo contrarreloj, a kilómetros 90 por hora, se dejó el alma en la emboscada. Nada ni nadie pudo detenerlo. Ahora sin molinillo, a pleno desarrollo, ofreció una exhibición inolvidable. Impotente, Quintana, se limitó a rodar junto a Aru, Porte y otros damnificados.

Se esperaba un ataque de Froome, todos estaban atentos a la jornada del domingo en Andorra, pero el británico les hizo la trampa del siglo. Impresionante.

Este domingo se disputa la novena etapa entre Vielha Val D'Aran y Andorra Arcalis, la etapa reina de los Pirineos con el primer final en alto de la 103 edición. Los escaladores a escena.

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