El italiano Vincenzo Nibali (Astana) no estaba acabado, y por eso resucitó este viernes con una gran exhibición que le condujo a la victoria en solitario en la primera etapa alpina del Giro de Italia, entre Pinerolo y Risoul, en cuya cima se enfundó la maglia rosa el colombiano Esteban Chaves (Orica). El español Alejandro Valverde queda fuera del podio.
En una etapa de las que hacen afición, el ciclismo mostró toda su crudeza. Nibali no estaba muerto ni el holandés Steven Kruijswijk tenía la maglia rosa en el bolsillo. El líder cayó en la bajada del Agnello y allí empezó a esfumarse su sueño. Y ahí empezó el día de gloria del Chavito colombiano y del Tiburón de Mesina, que aún no ha dado su último coletazo.
Nibali rubricó a lo grande la estrategia del Astana, con Scarponi como escudero de lujo. El siciliano se marchó con Chaves cuando cayó Kruijswijk, y la persecución de la maglia rosa resultó un calvario. Infructuosa, mientras Valverde, intercalado, también se apuntaba a la lista de víctimas de la etapa. Nibali remató a Chaves en el ascenso a Risoul, segundo y último puerto del día, Tres ataques y directo a meta, donde cruzó con 51 segundos sobre el español Mikel Nieve (Sky) y 52 respecto a Chaves. El grupo de Valverde, Urán y Majka a 2.14 y Kruijswijk, hundido, a casi 5 minutos.
La general se aprieta. El Giro sigue y decidirá la etapa que resta en los Alpes. Chaves, de 26 años, quinto en la pasada Vuelta con 2 triunfos de etapa y 6 días de líder, tiene a Nibali a 44 segundos, y a Kruijswijk a 1.05. Valverde a luchar por el podio desde la cuarta plaza a 1.48.
El primer etapón de los Alpes ofrecía para empezar una zona de falso llano de 80 kilómetros camino del Agnello, el tercer puerto más elevado de Europa después del Iseran y el Stelvio. Ahí se formó una escapada numerosa, de 28 corredores. Entre ellos el veterano Michele Scarponi, un hombre de Nibali que se fugó de lejos en pleno ascenso para coronar en solitario la cima Coppi, a 2.744 metros, en un paisaje sobrecogedor entre la niebla y las paredes de nieve que flanqueaban la carretera. Scarpa honró a su legendario compatriota pasando en cabeza con 1.25 minutos sobre Mikel Nieve y Diego Ulissi.
Por detrás, en el grupo de favoritos, ya se había desencadenado la batalla. El Orica de Chaves mostró sus bazas. Si el ascenso lo hizo casi al completo el Lotto Jumbo de Kruijswijk, en los últimos kilómetros de los 21 de subida fue el colombiano quien trató de quemar las naves. Un primer ataque a 6 kilómetros de la cima del Agnello hizo sufrir a todos los hombres de la general, menos a la maglia rosa, que no admite rebeliones, se muestra intratable con las alas del líder. Aguantaron todos, de momento.
El segundo arreón tuvo efectos devastadores. El Chavito volvió a arrancar y se fue con Kruijswijk y Nibali, mientras que Alejandro Valverde cedió de inmediato. El murciano se limitó a subir a su ritmo, pasando a medio minuto de sus rivales en la cima. Con la carrera rota, y ya en pleno descenso, Kruijswijk sufrió una espectacular caída que le dejó aislado. Al holandés le tocó perseguir, sin equipo, a unos enemigos que volaban camino del Risoul, ya en territorio francés, en zona Tour. Poco después fue el ruso Ilnur Zakarin quien se fue al suelo, en este caso con peor suerte: fractura de la clavícula izquierda y retirada cuando marchaba quinto en la general.
La carrera rota hacia Risoul. Kruijswijk, en esfuerzo solitario, no tuvo otro remedio que dejarse la piel para tratar de enjugar los 2 minutos de retraso sobre el grupo de Chaves y Nibali, apoyados por compañeros que iban en la fuga inicial, como Rubén Plaza (Orica) y Scarponi, que se dejó cazar cuando supo que el jefe de filas llegaba con ventaja sobre el líder. Valverde, a 17 de meta viajaba intercalado, a 45 segundos de sus enemigos, acompañado por un Movistar, José Herrad y por el colombiano Urán y el polaco Majka. En cabeza aguantaba aún el belga Maxime Monfort (Lotto Soudal), que se presentó en solitario al pie de Risoul, casi 13 kilómetros al 7 por ciento.
Último y angustioso tramo para Kruijswijk, quien casi a 3 minutos de sus rivales directos veía ya peligrar la maglia rosa. Scarponi volvía a dejarse la piel por Nibali, tirando del grupo a un ritmo devastador y alcanzando a Monfort a 10,7 km. de meta.
Se olía el vuelco en la general. Sufría el líder, solo contra el mundo. Por si fuera poco para el holandés, Nibali, esta vez pletórico, abrió gas a tope hasta en tres ocasiones antes de soltar a Chaves a 5 de la cima. La versión devoradora del Tiburón en su máxima expresión, la de la ambición máxima, del todo o nada. Una subida apasionante con todo el Giro en juego. El líder al filo de guardar su renta de 3 minutos, Valverde a punto de perder el podio, Chaves tras el rosa, y Nibali a la desesperada con los dientes afilados, lanzado en los últimos kilómetros, ya sin rival.
Nibali, del selecto club de seis corredores que han ganado las tres grandes, no dio opción. Directo hacia su sexta etapa del Giro, su carrera, con la que tenía una deuda tras sus últimos desfallecimientos. Quería volver a emocionar a sus seguidores y lo logró en la etapa Tour.
Premio para el campeón de Italia, maglia rosa para Chaves, Valverde se dejó un escalón del podio en la primera jornada alpina y Kruijswijk probó la parte más ingrata del ciclismo. ¿Adiós a un sueño? El Giro, si se caracteriza por algo, es por su capacidad para la sorpresa. Y resta otro etapón. Hay carrera.
Este sábado se disputa la vigésima etapa (penúltima), entre Guillestre y Sant'Anna di Vinadio, de 134 kilómetros. Se trata de la última batalla antes de la llegada el domingo a Turín. Una jornada sin respiro, con el Col de Vars, La Bonette, La Lombarda, todos de primera y final en el alto de Sant'Anna di Vinadio, de tercera.
Nibali se exhibe en los Alpes y Esteban Chaves se enfunda la maglia rosa
El Tiburón es ahora segundo en la general, mientras que Alejandro Valverde se cae del podio provisional.
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