A falta de una jornada para el final de la liga, el Atlético Valladolid ha recuperado la élite del balonmano masculino para la ciudad tras imponerse esta tarde al Bidasoa, dos años después de que el BM Valladolid descendiera de categoría tras veintitrés años de historia en Asobal, y con él la desaparición de un club histórico con cuatro títulos.
Los aficionados volverán a disfrutar la próxima temporada, tras proclamarse el Atlético Valladolid campeón de la División de Honor B, de los mejores equipos nacionales y del mejor balonmano masculino, un privilegio que perdió la ciudad hace dos años al no poder hacer frente el BM Valladolid a más de 1,8 millones de deuda.
El técnico del equipo, Nacho González, el mismo entrenador que vivió el descenso de categoría y posterior desaparición del anterior club, ha sido uno de los grandes artífices de la gran temporada realizada por el Atlético Valladolid, puesto que ha sabido rodearse de juventud y experiencia a partes iguales.
Los "gladiadores azules" han cuajado una campaña prácticamente perfecta que, si bien comenzó con irregularidad, les ha llevado a sumar quince victorias consecutivas y distanciarse así de su inmediato perseguidor en la lucha por la primera plaza, el Bidasoa, otro de los claros favoritos al ascenso, al que hoy han derrotado.
Si el último año de Nacho González al frente del desaparecido BM Valladolid fue para olvidar, con numerosas lesiones y multitud de problemas que derivaron en la ya conocida liquidación del club, en su papel de director de orquesta del Atlético Valladolid ha contado con la buena fortuna que siempre ha merecido por su ilusión y entrega.
En el segundo año del nuevo club vallisoletano tan solo ha vivido el inconveniente de perder a uno de sus jugadores: el pivote Nico López, quien se despidió del equipo antes de finalizar 2015 para disfrutar de una beca de estudio en Maastricht (Holanda).
Llegó entonces al cuadro azulón Sebastián Kramarz, un pivote hispano-argentino que se adaptó bien al equipo y que ha aportado su granito de arena en la consecución del título y, con él, el ascenso de categoría, aunque la clave del mismo ha sido la unión del grupo y la buena defensa desplegada, con Roberto Turrado como bastión de la misma.
También hay que destacar la calidad de veteranos como Fernando Hernández -máximo realizador del equipo-, el pivote Luisma Lorasque, el incombustible Ávila, los centrales Diego Camino y Alfonso de la Rubia o el portero Javi Díaz, que se han coordinado a la perfección con jóvenes como David Fernández, Dani Pérez, Filip Kallman o Joel Gómez.
Todos y cada uno de los jugadores han contribuido a conseguir lo que el pasado año, en su primera temporada de existencia, llegaron a rozar -cayeron en el play-off por el ascenso ante el GoFit de Santander-: devolver la alegría y la ilusión a la afición del balonmano.
El próximo año, los rivales del Atlético Valladolid serán el Barcelona, el Naturhouse La Rioja o el Ademar de León y Huerta del Rey volverá a vibrar con el balonmano de élite en categoría masculina -ya que en la femenina el Aula Cultural también milita en la máxima categoría- y con la presencia de algunos de los mejores jugadores del mundo.
Valladolid vuelve a ser de primera dos años después
El Atlético Valladolid se impuso al Bidasoa y certifica su ascenso a División de Honor. Pucela volverá a tener balonmano de primera.
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