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Greipel se muestra intratable al sprint y Dumoulin mantiene la maglia rosa del Giro de Italia

La general no sufre cambios y Dumoulin sigue al frente con 26 segundos de ventaja sobre el danés Fuglsang y 28 sobre el ruso Zakarin.

André Greipel, ganador de la séptima etapa del Giro de Italia. | EFE

El alemán André Greipel (Lotto Soudal) ha vuelto a mostrarse intratable al esprint y ha conseguido el doblete en la presente edición del Giro de Italia al adjudicarse la séptima etapa, de 211 kilómetros entre Sulmona y Foligno, mientras que el holandés Tom Dumoulin (Giant) mantiene la maglia rosa de líder.

Impresionante el poderío del Gorila de Rostock, de 33 años, quien quedó rezagado en la recta de meta y fue capaz de remontar con una fuerza descomunal para firmar el doblete y la tercera victoria consecutiva del Lotto. Desbancó con claridad a los italiano Giacomo Nozzolo (Trek) y Sacha Modolo (Lampre).

Los favoritos entraron juntos en el pelotón y la general no sufrió cambios, con Tom Dumoulin al frente con 26 segundos de ventaja sobre el danés Jakob Fuglsang (Astana) y 28 sobre el ruso Ilnur Zakarin (Katusha).

Entre los grandes favoritos, sin cambios. Alejandro Valverde se mantuvo séptimo a 41 segundos de Dumoulin, pero la jornada le deparó una sorpresa desagradable, pues su compañero Javi Moreno se retiró con una clavícula fracturada. Un efectivo menos para el murciano en la montaña.

Etapa rápida, de resaca después del primer final en alto en la que los velocistas debían salir de nuevo a la palestra. Un puerto de segunda para empezar, Le Svolte di Popoi, y luego tranquilidad hasta el Valico della Somma, una tachuela de cuarta insignificante. De ahí que el pelotón rodara a toda máquina hasta Foligno, la tercera ciudad más poblada de Umbría.

Por el pequeño puerto aún se mantenía la fuga del día, protagonizada por Domont (Ag2r), Ciccone (Bardiani), Denifl (IAM), Ilya Koshevoy (Lampre-Merida), Daniel Martínez (Wilier), el colombiano benjamín del Giro con 20 años y Kung (BMC). Con apenas 1.30 minutos de renta a 40 de meta el proyecto estaba condenado. Küng era el mejor clasificado en la general, a 12 minutos de Dumoulin, pero de todas las formas los equipos de los velocistas no estaban dispuestos a regalar una etapa, que en el Giro, como en todas las grandes, están muy caras.

Fue el suizo Kung el más valiente. El ciclista del BMC apostó fuerte por la victoria y atacó para quedarse al frente de la carrera a 25 de meta, mientras que los compañeros de escapada fueron absorbidos por un pelotón en el que el Bardiani asumió la responsabilidad de la caza. Resistencia y rebeldía del joven de 23 años, que finalmente de poco sirvió, pues terminó devorado por la marabunta a 8 kilómetros de Foligno, ciudad donde se imprimió en 1472 la primera obra literaria en italiano, La Divina Comedia, de Dante.

Hasta meta restaba una nueva minietapa para resolver al esprint, como marcaba el guión. Iam y Lotto Soudal, pensando en el doblete de Greipel, tomaron el mando de las operaciones mientras Kittel, que antes sufrió en la pequeña tachuela de cuarta, quedaba descartado por un inoportuno pinchazo. En la recta de meta los hombres del Orica desplazaron a Greipel, pero Popeye sacó fuerzas para cambiar la trayectoria y arrancar por el centro devorando las ilusiones de todos sus rivales. Triunfo sin paliativos para el alemán.

Este sábado se disputará la octava etapa entre Foligno y Arezzo, de 186 kilómetros. Dos puertos de segunda, el Scheggia (km 120) y el Alpe di Poti (km 167). El recorrido incluye tramos de tierra, el sterrato.

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