Ya está España donde se le presuponía, donde se había marcado la raya en este Campeonato de Europa. Hasta aquí debemos llegar, debió pensar Manolo Cadenas y hasta aquí, las semifinales, llegó España. A partir de este viernes, a soñar. Los hispanos han alcanzado solo una final en los últimos diez años, y este campeonato parece ponerse de cara para volver a obrar el milagro.
El rival será Croacia, que protagonizó uno de los golpes más tremendos que se ha vivido en este deporte. La selección balcánica tenía que ganar por once goles a la anfitriona Polonia con un Tauron Arena en Cracovia, a reventar. Lo consiguió y le sobraron tres goles (23–37) dejando mudos a todos. A los locales, a España que ya esperaba rival en los temibles polacos y a todo el balonmano mundial.. La selección balcánica buscaba la hazaña y la consiguió en lo que se considera ya uno de los mayores hitos en la historia del deporte. Lo tuvo que hacer cuando todo estaba en contra y ante 14.000 enfervorizados polacos gritando a favor de su selección.
Este bloque croata ha ido creciendo a medida que avanzaba el torneo. Dudas al principio (derrota ante Noruega), malos presagios en la segunda fase (derrota ante Francia) y milagro en forma de goleada en la última jornada, que mete a la selección de Mirko Duvjnak, la estrella del Kiel alemán, en una cota casi ni soñada para ellos. Nunca en su imaginación podían pensar que su apuesta de este año por rejuvenecer el equipo, iba a dar sus frutos. Ahora están a las puertas de una final europea y muy cerca de un preolímpico asequible.
Igual ha ocurrido con España. La calidad de su defensa y su intensidad se han impuesto en los últimos partidos. Los de Cadenas cuentan con la opción de conseguir el billete directo a los Juegos Olímpicos de Rio, si logran levantar la copa de campeones el domingo por la tarde. De lo contrario, aún tendrán otra oportunidad en el Torneo de Clasificación Olímpica, que se disputará en abril.
De cara al partido del viernes, los objetivos de Cadenas serán parar a los grandes y jóvenes portentos físicos del equipo croata, Dujvnak y Vukovic. Ante esto el seleccionador nacional ha sido claro: "Nunca un Europeo fue tan complicado". Aunque esta frase ha debido rondar la cabeza de más de un entrenador, ya que si echamos un vistazo atrás, vemos como grandes selecciones como Francia, Dinamarca, incluso la anfitriona Polonia, se han quedado fuera antes de alcanzar las semifinales. Ahora Alemania, Noruega, España y Croacia son los invitados a la fiesta final. Para España puede acabar bien. Ojalá.