
Nadie dijo que fuera fácil. Nadie pensó que el camino en este Campeonato de Europa fuera un camino de rosas. Es más, el laberinto va a ser complicado de cruzar y muy difícil encontrar la salida. Por eso las dieciséis selecciones que participan en Polonia son una espina todas, unas pinchan más que otras, pero todo en este torneo es un suplicio hasta encontrar la felicidad.
Pero todo mejoró en la segunda parte. La selección se dio cuenta de que todo podía complicarse si no defendía, su mayor arma siempre. El otro día ante Alemania eso y el carácter, siempre indudable, le dieron a los de Cadenas la victoria. Para España los primeros minutos de la segunda parte fueron básicos. Minutos en los que enjuagó la diferencia en contra. Un gol de Valero Rivera empató el partido a 19, otro de Cañellas a 21. Parecía que todo giraba del lado de España pero nada más lejos de la realidad.
Veselin Vujovic mandó a sus hombres ser más agresivos en defensa. Lo consiguió Eslovenia que forzó dos pérdidas de España y se marchó dos goles arriba 23-21 a cuatro minutos. 24-22 a dos para el pitido final. Un gol de Cañellas y una falta en ataque de Eslovena dieron la esperanza. Pero Maqueda cometió otra infracción con 50 segundos por jugar. Pidió tiempo muerto Manolo Cadenas y entonces sucedió lo impensable. El manejo de balón del rival, inmaculado hasta ese momento, se tornó en nervios y en desastre. Kavciknik perdió la pelota y Ugalde empató en contragolpe. Sólo hubo que aguantar 19 segundos y España lo hizo bien hasta la bocina.
La victoria que podía ser clara, que se contaba con ella tuvo que ser al final empate. Y no es malo visto el partido. Hay que mejorar cosas, porque la selección hizo bien algunas y muy mal otras, las más en este encuentro, resuelto al final con una carambola que no aparecerá más o no es normal que lo haga en todo el torneo.
Si la selección gana a Suecia el miércoles es probable que Eslovenia se quede fuera y la selección pase con cuatro puntos (las dos victorias) a la segunda fase. No hay mal que por bien no venga en este torneo lleno de piedras, en el que te tropiezas sin darte cuenta y un error puede costarte la vida.