La organización de la Vuelta a España vuelve a optar por la fórmula que tan bien le salió en la pasada edición. Es decir, montaña y una crono que pueda favorecer a los grandes rodadores. El objetivo es volver a vivir una última jornada en la que pueda pasar de todo. En este caso, la ronda española ha buscado un duro final en alto.
Se trata del alto de Aitana, una subida larga, de unos 22 kilómetros con rampas que superan el 10% y donde la dureza se acumula en los últimos kilómetros. Una manera de volver a esa idea de "terminar" la Vuelta con un coloso de los que hay en la Península, como se ha hecho otros años con el Angliru o la Bola del Mundo. En este caso, en la provincia de Alicante, con una subida que se escaló por vez primera en el 2001, con victoria para el danés Möller; se repitió en el 2004, con Piepoli entrando el primero; y la última vez fue en el 2009, con victoria para otro italiano, Cunego. Una subida que muchos portales web especializados destacaban como posible dentro del recorrido de la Vuelta y que Libertad Diigital ha podido confirmar. Será en la penúltima etapa.
Justo antes, la crono entre Jávea y Calpe, en un recorrido hecho con la idea de meter a un gran rodador en la lucha por la general. Ver pelear a Dumoulin hasta el último día ha provocado que la organización vuelva a incluir una etapa similar a la de Burgos y ésta, todavía, más cerca de la meta final de Madrid. Lo que obligaría a los corredores a tener que dejar atrás a los grandes contrarrelojistas para que no lleguen vivos a esa penúltima etapa.
Salida en Ourense y 4 finales en alto en Asturias
Pero eso será al final. Lo que ya se conoce es la salida en Ourense, con una crono por equipos. Más otras cinco etapas por Galicia. De ahí, bordeando el Cantábrico, se pasa a un segundo bloque donde la montaña será la gran protagonista.
Porque las otras gran novedades las ofrece Asturias. En este caso, no como suele ser habitual con un tríptico. La Vuelta mete hasta cuatro finales en alto consecutivos, incluyendo los que ya contaba el diario As con La Camperona, Naranco y Lagos de Covadonga, más un cuarto en Cantabria. Eso sí, aderezado con un día de descanso de por medio, de modo que las cuatro subidas no serían estrictamente consecutivas.
De Cantabria se sigue avanzando hacia el Pirineo, con incursión y final de una etapa en el País Vasco, ya en el segundo bloque de carrera.
Etapa francesa con final en el Aubisque
Un bloque que deparará la gran jornada esperada por muchos. No será una etapa tan terrorífica como fue la de Andorra de esta última edición. Pero la Vuelta va a meter todo un recorrido pirenaico con tres puertos de primera y final en el Aubisque, también confirmado. Entre esos puertos previos, se incluye otro de los míticos del Tour de Francia. Una dura jornada que sale de Navarra, justo en la frontera, y que va a transcurrir íntegramente por territorio francés salvo en sus primeros kilómetros.
Y tras el segundo día de descanso, el bloque final por la Comunidad Valencia donde la crono y esa ascensión final a Aitana pondrá el broche de oro a la Vuelta a España de 2016. Una Vuelta que vendrá marcada, como es habitual, por lo que ocurra en el Tour, más lo que deparen los Juegos Olímpicos. Y cuyo recorrido definitivo se conocerá el próximo 9 de enero en Santiago de Compostela.
Falta conocer a los favoritos
Parece que, a día de hoy, Quintana y Chaves, colombianos los dos, son los únicos que aspiran a venir. Habrá que ver que hacen Contador y Froome, cuyas intenciones se sabrán según se acerque en el calendario. Del mismo modo que con Aru. Nibali, que hará Giro y apoyará a Aru en el Tour, no parece que vaya a estar en las carreteras españolas. Purito es el otro gran candidato que puede venir. Valverde, salvo que opte por correr las tres grandes, tampoco estará. Landa es la gran baza española que podría decidir ir, en función de si acompaña a Froome en su lucha por ganar el tercer maillot amarillo. Y puede que Dumoulin, visto lo bien que le fue el año pasado y esa crono larga entre Jávea y Calpe, también se anime.