Un partido de rugby en Australia fue interrumpido por la entrada de un niño de cuatro años al terreno de juego. Los jugadores de ambos equipos se lo tomaron con humor y le dieron el balón para que anotara un ensayo.
La historia es aún más curiosa porque el niño no se coló en el campo para intentar jugar o para conocer a alguno de los jugadores, lo hizo porque estaba buscando a su madre.