Las opciones de Contador en las cuatro etapas alpinas que quedan de Tour
Tres finales en alto y mucha montaña. Las claves pasan por atacar de lejos, romper la carrera y buscar alianzas con los demás.
Cinco días, cuatro asaltos y los Alpes. Hay tiempo y perfil para que no se diga todavía que el Tour de Francia está sentenciado. Que el líder, Chris Froome, es muy líder, sí. Pero que sus rivales tienen balas y terreno, también. Nairo Quintana, Tejay Van Garderen, Alejandro Valverde, Alberto Contador o Vincenzo Nibali son los hombres que tratarán de birlarle el maillot amarillo al británico.
Sin duda, todas las miradas apuntan a Quintana. Pero las guerras de guerrillas que se formen podrían darle un vuelco total a la clasificación. Así que el colombiano no es el único firme candidato. Sí es cierto que parece el mejor escalador en liza y con tres finales en alto, sus opciones aumentan.
Tres finales en alto para cambiarlo todo
Para empezar, este mismo miércoles llega el primero de ellos, en Pra Loup, un puerto de segunda con otras cuatro subidas antes, incluyendo el Col d'Allós, de primera, justo antes. Parece complicado que en esta etapa ocurra algo, salvo que algún valiente decida probarlo de lejos. Pero recuerda a la etapa de Cauterets, donde el Tourmalet fue un mero espectador. Aquí podría llegar la opción de Nibali, un hombre que está a más de siete del amarillo y que tiene poco que perder. Atacar de lejos, romper la carrera... y buscar una alianza. Ésa podría estar en Contador, un ciclista de temperamento y que no suele dudar si tiene que jugarse sus bazas desde lejos. Siempre está en el recuerdo aquel ataque casi suicida en Fuente De en la Vuelta 2012, cuando le dio un vuelco total a la general.
Será un día de desgaste, posterior a la segunda jornada de descanso, y previo a otro duro día, el jueves, aunque no acaba en alto. Siete puertos en el camino: tres de tercera y dos de segunda, previos a los dos del final, el Glandon, y cuyo descenso enlaza con el último del día. Ojo con la subida a Lacets de Montvernier. Cuenta como puerto de segunda porque sólo son 3'4 kilómetros, pero con un desnivel medio superior al ocho y desde cuya cima a meta restarán diez kilómetros. Es decir, que si alguno quiere liarla en el Glandon, tiene terreno para hacer diferencias.
Y si no, a esperar a los dos últimas días. La Croix de Fer y La Toussuirie (más otro de primera y otro de segunda en el camino) son propicios para que el viernes se vea un auténtico festín de ataques. Porque el sábado, de nuevo con La Croix de Fer, más Alpe d'Huez, en sólo 110 kilómetros, servirán para que cada uno defienda lo suyo. Es poco probable que alguien se aventure a un ataque lejano, de salida, porque podría perder lo conseguido en tres semanas.
Alianzas, ataques lejanos y estrategias de equipo
Pero, ¿dónde están las opciones de Contador? Echando un vistazo al perfil y al tiempo perdido, el madrileño no las tiene todas consigo. Le queda mucha montaña, pero ése, precisamente, puede ser el problema. Viene de ganar el Giro y, aunque parece que su forma va a más, se le puede hacer largo este último bloque alpino, ya que llega con más días y más kilómetros en las piernas que sus rivales. Además, está a 4'23" del liderato, algo lejano. Sin embargo, quitando a Froome, las distancias no son tan elevadas entre los demás. De Quintana a él hay sólo 1'13" de distancia, y el podio lo tiene a 51 segundos. Diferencia más que salvable para hacer un Tour óptimo. Y más tras ganar el Giro.
Ahora bien, si el madrileño quiere recortar la diferencia, sus opciones pasan por reventar la carrera desde más lejos. En el último puerto no parece estar al ritmo de Froome o Quintana, los que mejor lo han hecho para arriba. Incluso Valverde le dejó atrás en los otros finales en alto. Así que su táctica debe ser más arriesgada que la de los dos de Movistar.
Todos cuentan con que Van Garderen acabará cediendo su lugar del podio. Y por esa plaza pelean Valverde y Contador. El murciano lo tiene complicado porque su misión en este Tour es trabajar para desgastar al equipo del líder, el Sky, y hacerle el trabajo sucio a Quintana para que éste remate. Sus posibilidades pasan porque en el trabajo de desgaste también elimine a Contador.
Lo que no habría que hacer es eliminar la opción alianza. Quintana va a esperar al último puerto, donde poco a poco, con cuatro duras etapas, puede ir limando segundos. Pero Contador y Valverde tienen que hacerlo de más lejos. Y si el madrileño se va en una ofensiva lejana, el murciano debe seguirlo. Por su lucha particular por el tercer escalón del podio, pero también porque de lo que haga Contador se puede ver beneficiado Valverde.
Nibali, 'Purito', los franceses y la opción Valverde
Sin Basso y sin Benatti, en casa, el Tinkoff está debilitado y necesita de unos cansados Kreuziger y Rogers (vienen también del Giro) más un Majka que parece hacer la guerra por su cuenta. Si se deja de sus triunfos personales y ayuda, como hace Sagan, puede ser una baza estratégica a jugar en la alta montaña, filtrándoles a ambos en una escapada y utilizándoles en los últimos kilómetros. Así como aprovechar un ataque de Nibali, que querrá salvar el honor de su Tour horribilis buscando una etapa. General para uno y etapa para otro. Incluso Joaquim Purito Rodríguez, que busca el maillot de la montaña y su tercera etapa; o los franceses Barguil, Pinot, Bardet y Rolland, con un Tour bastante flojo, pueden ser sus mejores compañeros en esas fugas camino de la cima final. Y ahí debería estar Valverde, como ocurrió en la pasada Dauphiné en la que murciano e italiano atacaron de lejos en una etapa pirenaica.
Así pues, con Valverde velando por las posibilidades de Quintana de acabar de amarillo y, por qué no, buscar el podio de París por primera vez, las opciones de Contador pasan por no mirar ni preguntar a sus compañías y buscar el ataque lejano, apoyado en su equipo y formando alianzas con Nibali.
El problema es que Van Garderen, tercero ahora, y Gesink, séptimo, probablemente quieran defender sus posiciones y sean los mejores aliados de un Sky que parece ir a menos. Ahí también debe entrar el Movistar, con un gran equipo con Castroviejo, Herrada, Anaconna e Izaguirre como hombres principales para desarmar bloques. Si sus rivales se quedan sin compañeros de equipo, el objetivo parece más cercano.
Estrategias de equipo, lejanas, valientes y arriesgadas. Buscar la sorpresa son alianzas. Las opciones siguen intactas, a pesar de que el tiempo perdido es amplio. Pero Contador (y Valverde) pueden darle la vuelta a este Tour. Los Alpes decidirán si eso es posible.
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