En el día nacional francés, un británico, Chris Froome, ha asestado una cornada casi de muerte al Tour de Francia. Lo ha hecho como se está poniendo de moda en el ciclismo actual, dejando su huella en el primer final en alto de la carrera. Y de paso, destrozando a los rivales. De esa forma, el maillot amarillo (y a partir de esta etapa, más) ha puesto la primera piedra para ganar su segunda ronda gala.
Y lo ha hecho, precisamente, poniendo su nombre en una cima inédita, La Pierre (piedra) de Saint Martin, un puerto realmente duro y que se ha dejado numerosas víctimas por el camino. Entre ellas, a Alberto Contador, que ha llegado a meta a 2'51" del británico. Más tarde lo ha hecho Nibali, ganador de la pasada edición y a 4'25" y, sobre todo, Purito Rodríguez, a 6'07".
Sólo Quintana, y a un minuto y cuatro segundos, y Gesink, en menor medida, han rendido decentemente ante un Froome superlativo en el día de hoy. Porque era lógico que hoy el Tour se cobrara sus primeras víctimas. El calor, primer final en alto, el cambiar de los nervios de la primera semana a la montaña, venir después de un día de transición… Todo eso tenía que influir de alguna manera. Y así ha sido.
Mal día para los ciclistas franceses
La etapa era corta, de apenas 167 kilómetros, de los cuáles 140 han estado marcados por la escapada del día, con Fedrigo y Van Binsel. Una escapada apenas peleada y que ha tenido casi 15 minutos de ventaja. Pero a menos de 100 ha entrado el Movistar en cabeza para reducir la ventaja. Todas las miradas apuntaban a Quintana.
Después, a falta de 50 fue el turno del conjunto francés FDJ, tirando para un Pinot que en la primera rampa ha visto que no era su día. Ni el suyo, ni el de los frances. Primero se cayó Barguil en el avituallamiento, aunque luego se recuperó del duro golpe. Y luego, en la subida final en una etapa sin complicaciones previas, junto a Pinot se quedaron Péraud (fuera el segundo y el tercero de la pasada edición) y Bardet. Francia hundida lloraba en su día festivo.
Pero no eran los únicos. En cabeza se peleaba por entrar fuerte en la subida final, cazando a los escapadas. Y Anacona, colombiano del Movistar, imprimía un fuerte ritmo. Primeros damnificados. Dani Navarro, Talansky, Dan Martin y lo franceses. Luego turno para Castroviejo, José Herrada. Después Gorka Izaguirre. Movistar quemaba sus naves hasta quedarse sólo con Valverde y Quintana.
Nibali, Purito, Urán... adiós al podio
Para entonces, Nibali ya sabía que no iba a pelear por revalidar su amarillo. Igual que Purito decía adiós al podio. Junto a ellos, Mollema, Urán, Frank… Apenas diez unidades en cabeza.
Se quita Movistar y entra el Sky del líder. El holandés Gesink se iba por delante a falta de más de 11, siendo cazado por Rafa Valls, compañero de un Rui Costa que también se despedía de la general.
Iban cayendo los kilómetros y cediendo los candidatos. Esto ya es cosa de muy pocos. Y cada vez de menos. Froome miraba su potenciómetro y daba el visto a que su equipo tirara del grupo principal.
Valverde, el único que probó a los Sky
Sólo un hombre intentó que no fuera todo británico, Alejandro Valverde. El maillot de campeón de España salió a relucir a falta de ocho kilómetros. La idea era ir limpiando a gente del Sky como Wouter Poels y Geraint Thomas. Lo intentó en dos ocasiones, pero no le dejaron hueco. El murciano le preparaba el camino a Quintana.
El colombiano parecía el único capaz de crear algo en esta durísima subida de 15 kilómetros. Y apenas unos pocos en el grupo de elegidos. Thomas, Porte y Froome del Sky; Valverde y Quintana de Movistar; Van Garderen del BMC; Gesink del Lotto holandés; Gallopin del Lotto belga; Contador; Pierre Rolland, el único francés sano, del Europcar; y Adam Yates, del orica. Once corredores que pensaban en sobrevivir.
Ataque de Froome y Contador cede
Hasta que Porte cambió el ritmo para su jefe. Contador cortado; y con él todos. Sólo Quintana parecía resistir junto al dúo del Sky. Van Garderen, que arrancó la etapa segundo a doce segundos, trataba de minimizar pérdidas.
Y Froome se fue. Como se le fue el Tour a muchos. Metro a metro, segundo a segundo. Avanzaba Froome y perdían tiempo los demás. Incluso Porte se recuperó para tratar de hundir moralmente a Quintana, el único que parece poder hacerle sombra al británico en montaña. Segundos a Quintana que se convertían en minutos para Contador, Nibali, Purito…
Suena exagerado decir que ya han dicho adiós al Tour. Sobre todo en el caso del pinteño, con Fuente Dé en el recuerdo. Pero cuatro minutos ya en la décima etapa es mucha distancia a salvar con respecto a británico.
Ahora las balas para desarbolar al Sky y Froome parecen girar hacia el Movistar. Quintana ya aparecía en las quinielas como el gran rival. El colombiano es tercero en la general a 3'09" de Froome, justo por detrás de Van Garderen, a 2'52". Cuarto se sitúa a Valverde a 4'01", con Contador sexto a 4'04”. Y el dúo del Movistar tiene que mover sus cartas para buscar como derrocar al muro británico.
Potenciómetro en mano, mirando a su manillar. Así se maneja Froome. Y para quitarle el amarillo Quintana y Valverde tendrán que inventar. Inventar y jugar otras cartas tácticas, desde lejos, con colaboradores externos como Contador o Nibali. Ahora cada día apunta a ser una batalla distinta, con opciones en cualquier escenario para tratar de tumbar a Froome. Como este miércoles, en el segundo final en alto, en Cauterets, y con el Tourmalet justo antes. El descenso de este coloso pirenaico puede marcar otro punto de inflexión, una faceta en la que Froome no es tan hábil. Pero éste ya ha puesto una piedra. Tan grande que parece un muro.