No es fácil ganar una gran vuelta por etapas de tres semanas. Muy pocos son capaces de alcanzar el éxito. Conquistar la Vuelta a España, el Giro de Italia o el Tour de Francia es el punto más álgido para casi cualquier ciclista. Y ganar las tres, algo al alcance de sólo seis ciclistas: Gimondi, Anquetil, Merckx, Hinault, Nibali y Alberto Contador, siendo éste último, junto a Anquetil e Hinault, los únicos que han ganado cada una en dos o más ocasiones.
Para conseguir estas victorias son necesarias una serie de cualidades comunes a todos ellos: dominar la contrarreloj y dominar la alta montaña. Pero el éxito del pinteño va más allá. Él forja sus triunfos en siete claves, como si de cada una de sus grandes se tratara.
1. Regularidad
Consiste en ser el más regular en los 21 días de competición. Pero también en tener unas cualidades con las que hacerse valer en la alta montaña y en las duras cronos. Además, esa fortaleza en ambos terrenos hay que alargarlo a los mal llamados días de transición. Es decir, a librar las caídas y no acabar camino de casa, retirado. En este último Giro, a pesar de las caídas, hemos visto que ha sabido sobreponerse a esos días malos. Lo ha hecho en todas sus victorias. Y no así en aquellas que no ha conquistado, como el pasado Tour, cuando 'besar el suelo' le mandó a casa.
2. Golpe en la montaña
Entra dentro de su regularidad. Pero la lleva a la extenuación. Ya hemos dicho que para ganar una grande hay que ser de los más regulares en subida. Pero es que el pinteño era, directamente, el mejor de sus rivales en esas lides. Sólo en ocasiones gente como Andy Schleck (en el Tour de 2009) o Chris Froome (en la pasada Vuelta) le han puesto en aprietos. Pero al final siempre ha demostrado ser el mejor hacia arriba conquistando etapas con final en alto, como Plateau de Beille, el Angliru o Ancares. Sólo el Giro, por las victorias que le quitaron en el 2011, no ha ganado etapa alguna.
3. Superioridad en la crono
No basta con asestar un golpe en las duras rampas de las montañas. También hay que alejar a los rivales en el tramo individual, en la lucha contra el crono. Sólo Leipheimer y Evans le han tosido en esas lides. Pero en las demás, como en el reciente Giro, aleja a los más peligrosos. Esos tiempos que saca en crono permite que luego pueda conjugarlo mejor en montaña.
4. Factor sorpresa
Ese factor gusta de utilizarlo en todas sus carreras. Es algo más que entra en sus planes tácticos. La primera sorpresa fue en su primer Tour, en el 2008, cuando nadie contaba con él. Ahí dio la campanada, más bien por inesperada. Pero después quedan otras gestas como la de este Giro en el Monte Ologno, atacando a Aru y Landa cuando no se los esperaban. O, sobre todo, la más recordada, en la Vuelta de 2012 camino de Fuente De, asestando un golpe definitivo en la clasificación general ante Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde.
5. Mentalidad
Pocos tienen la mentalidad ganadora y la sangre fría del pinteño. O pueden tenerlas, pero casi nadie sabría como combinarlas. Es saber crecerse ante los problemas o las adversidades. Le pasó en el Tour de 2009 cuando compartía equipo con Armstrong. También en la pasada Vuelta, recuperándose a tiempo de la caída sufrida en el Tour previo. O en este mismo Giro, con molestias en el hombro tras la caída. Pero sobre todo, en esa etapa del Mortirolo en la que supo administrar fuerzas y tener la cabeza en su sitio para no cebarse cuando se le escapó el grupo del resto de favoritos.
6. Inteligencia táctica
Viene ligada a esta anterior. Esa mentalidad ganadora y esa sangre fría hace que sepa ser el ciclista en activo que mejor lee una carrera. Si sus dos grandes rivales en la general son del mismo equipo, él se encargará de crear el caos entre ellos. Además de intentar entrar siempre bien colocado a las primeras rampas de un gran puerto. Y sobre todo, saber ahorrar esfuerzos cuando no es necesaria y mantener las distancias con sus rivales.
7. Apoyo del equipo
Habrá quien diga que su equipo no ha estado todo lo fino que debiera en este Giro. Que quizá hubiera necesitado tener a algún compañero en el Col de la Finestre, cuando Aru y Landa le sacaron de rueda. Pero lo cierto es que en la etapa del Mortirolo, antes de llegar a este coloso, sus compañeros tiraron como posesos en pos del grupo principal, con un gran Kreuziger. O la etapa del Tour 2013, cuando su equipo rompió el pelotón provocando abanicos. Un trabajo intachable y que en ocasiones no se ve, pero que Contador siempre se encarga de resaltar.