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Alberto Contador busca su segundo Giro de Italia

3.419 kilómetros, divididos en una crono por equipos, una individual y siete finales en alto. Porte, Urán y Aru, sus principales rivales.

Contador, con su gesto del pistolero. | EFE

Su segundo Giro de Italia, su séptima Grande, la segunda consecutiva tras la Vuelta a España del pasado septiembre y la opción de ir a por el doblete con el Tour. Casi nada entre las manos para Alberto Contador. El ciclista del Tinkoff-Saxo es el gran favorito a ganar la ronda italiana.

Urán, Aru y Porte, sus grandes rivales

De hecho, junto a su compañero Ivan Basso, el también italiano Damiano Cunego y el canadiense Ryder Hesjedal, más Michelle Scarponi (por la sanción del propio Contador en el 2011), son los únicos que han conquistado alguna grande, en concreto, el propio Giro. Pero ninguno de los antes mencionados son rivales en la general para el madrileño.

Sus principales contrincantes a lo largo del país transalpino son el colombiano Rigoberto Urán, segundo en las dos últimas ediciones; el italiano Fabio Aru, tercero el año pasado; y el australiano Richie Porte, que todavía no ha subido al podio de alguna grande.

Urán es el más fiable de los tres. Va bien en subida y en crono es superior. La regularidad le avala. Todo lo contrario que Porte. Un hombre que lleva una temporada excelsa, con París – Niza, Volta a Catalunya y Giro del Trentino, pero que luego siempre tiene algún día malo en una vuelta de tres semanas, ya sea como líder o como gregario. Y entre medias, el mejor escalador de los tres, Aru, que tratará de poner patas arriba el Giro en su terreno favorito. Y tiene subidas donde hacerlo, que ahora analizaremos.

Porque aunque estos cuatro lucharán por la victoria y el podio, no son los únicos. No hay que olvidar a otras bazas como el italiano Pozzovivo o su compañero de AG2R, el colombiano Betancur; ni tampoco al polaco Paterski, que corre en el equipo CCC de su país, o a su compatriota Niemiec, del Lampre; el suizo Sébastien Reichenbach, del IAM, también otpa al top ten, así como el francés Alexandre Geniez, de la FDJ; ojo al ruso Zakarin, que viene de superar a Quintana y Froome en el Tour de Romandía; y la opción holandesa que pasa por Steven Kruisjwijk.

Las opciones españolas

Todos estos nombres deberían dejarse ver entre los mejores, aunque sin opciones realmente claras de optar al triunfo. Y junto a ellos, la armada española que capitanea Alberto Contador. Son once ciclistas de nuestras fronteras. Sólo un equipo español, Movistar Team, con Beñat Intxausti (que ya ha sido maglia rosa y tiene un top ten), Ion Izaguirre e Igor Antón como candidatos a hacer una buena general, pero pensando más en sumar victorias de etapa, también con la opción de Jesús Herrada o Rubén Fernández en las jornadas de media montaña. Y Juanjo Lobato para las llegadas masivas. También Luis León y Mikel Landa (Astana) buscarán su hueco en forma de escapada, o Mikel Nieve (Sky) en montaña. O David de la Cruz, el apoyo de Urán en las etapas importantes.

Una crono larga y siete llegadas en alto

El de este Giro será un recorrido complicado desde el principio, pues ya en la primera etapa los líderes y sus equipos tendrán que estar listos puestos que arranca con una crono por equipos de 17'6 kilómetros. El año pasado, por caídas, ya alguno se quedó en el camino. Y puede que por tiempo a algún otro le toque remontar, aunque haya mucha montaña, pero sin la excesiva dureza de otros años.

Y para empezar a recuperar esos valiosos segundos no hay que irse muy lejos, ya que en la quinta etapa encontramos el primer final en alto, en Abetone. Aunque es un puerto de segunda, por lo que será en la octava, ya con el fin de semana, donde veamos el primer final en alto duro, en Campitello Matese, de primera categoría, y con un recorrido más rompepiernas. Y que llega, además, justo después de la jornada maratón, de 267 kilómetros. Al día siguiente, otra etapa de las llamadas rompepiernas y que pueden dejar tocado a más de uno.

Así se llegará al primer día de descanso. Una jornada que no siempre viene bien y que a alguno le puede romper el ritmo. El 19 de mayo arranca el segundo bloque, que nos dejará la única crono individual de esta edición. ¡Y qué crono! Serán 60 kilómetros, ideales para Porte y Urán, y que no le viene mal al pinteño, aunque la ha reconocido y cree que es más llana de lo esperado. Será en la 14ª jornada, justo dos días después de un pequeño final en alto en repecho. Y para la etapa de después, una de las jornadas reina, con final en Madona di Campiglio. Corta, pero con tres duros puertos en el recorrido.

Tras ese día, descanso, el segundo, y de nuevo para arriba. En el recuerdo, Indurain y su Giro no ganado en el 94, con Pantani y Berzin destrozando. Hablamos de la llegada a Aprica, que se subirá dos veces, con el temido y terrible Mortirolo entre medias. Y antes de llegar a Milán, dos finales en alto más.

Por si la cosa no estaba clara, la organización del Giro coloca una durísima etapa en la 19ª jornada, con 236 kilómetros y cuatro puertos, con final en Cervinia. Al día siguiente, en la penúltima etapa, turno para la meta en Sestriere, con el Col delle Finestre previamente. Sí, así es la montaña del Giro. Tremenda y empinada, dura y elevada.

Así es el Giro, de 3.419 kilómetros divididos, con una crono por equipos, otra individual y siete finales en alto. Contador, sí o sí, quiere volver a disparar en Milán vestido de rosa. El sábado arranca. El madrileño va a la caza.

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