La hora de la retirada la marca el cuerpo, las señales que recibes poco a poco. No siempre se trata de llegar hasta el último de tus días de competición. Hay que saber cuando frenar esas ansias y parar a tiempo para retirarte en lo alto, de manera que quedes en la retina de los aficionados como un campeón. Eso es lo que busca Alberto Contador.
Hay grandes campeones de la historia como el tenista sueco Björn Borg, que se retiró a los 26 años, cuando podría haber sido el mejor de la historia; o Miguel Induráin, sin ir más lejos, que dejó el ciclismo a los 32 años, la misma edad que tiene ahora el pinteño.
Pero Contador parece que lo tiene bastante claro y sólo podría hacerle "cambiar de opinión tener un percance en el Tour como el del año pasado, por ejemplo, aunque pocas cosas más podrían hacerme cambiar". Es decir, que todo se dirige inexorablemente hacia el fin de la carrera de Contador cuando termine el 2016. Pero, ¿qué motivos han podido llevar al ciclista madrileño a ponerle fecha a su retirada?
"Me gustaría retirarme en lo más alto"
El más directo lo ha podido dejar claro él mismo: "No me gustaría apurar al límite; me gustaría retirarme en lo más alto". Es decir, ve que todavía tiene fuelle para pelear por los dos siguientes Tour de Francia contra los Chris Froome (29 años), Vincenzo Nibali (30) o Nairo Quintana (25), que son sus principales rivales, y todos más jóvenes. No ve que más allá de los 34 sea posible ganar la ronda francesa, porque salvo los casos de Carlos Sastre y Cadel Evans, que ganaron el Tour con 33 y 34 años, parece realmente complicado vestir el amarillo en París a tan avanzada edad. Otra cosa es lo realizado por Chris Horner en la Vuelta a España de 2013, que la conquistó con 41 años.
Por tanto, Contador no busca alargar su carrera deportiva para seguir teniendo un suculento contrato acorde a su status en el pelotón, como ha tenido el propio Evans, que se ha acaba de retirar; o tienen Basso, gregario ahora del propio Contador en el Tinkoff-Saxo, y Samuel Sánchez, en el BMC a sus 37 años. Él busca seguir peleando por triunfos, y cuando esa motivación falte, lo dejará. Y todo apunta a que tiene fecha.
Además, este año se ha propuesto hacer el doblete Giro-Tour, una hazaña que nadie consigue desde que lo hiciera Marco Pantani en el 98. Y puede que en la mente del pinteño esté incluso optar al triplete, añadiendo Vuelta. Parece que este año no va a ser, pero su jefe, el ruso Oleg Tinkov, ha dicho que antes de que arranque la Tirreno-Adriático hay una noticia importante que desvelar. Y puede que sea ese triplete. Este año, o el próximo, y retirarse con algo único en la historia del ciclismo.
En el 2015 acaba contrato y la apuesta de TVE
Pero también habría que ver en qué equipo lo hace, puesto que su contrato en la escuadra que dirige Bjarne Riis finaliza en este 2015, y está sin equipo. Ofertas no le van a faltar, mientras Fernando Alonso sigue sin explicarnos si finalmente habrá equipo de ciclismo, algo que podría llegar para la temporada 2016. Puede que con el equipo del asturiano, si no renueva con Tinkoff, dé sus últimas pedaladas.
Sin embargo, esta noticia provoca un efecto contrario al que conocimos hace apenas unos días. Televisión Española comunicó que retransmitirá el Giro de Italia de esta temporada y de la siguiente. Esa noticia viene de la mano de la participación del pinteño en la corsa rosa, que produce grandes datos de audiencia. De momento, este año estará y saldrá rentable la apuesta del ente público por el deporte de las dos ruedas. Habrá que ver qué ocurre el año que viene. Pero pinta mal el futuro para los aficionados al ciclismo que tendrán que buscar en otras plataformas autonómicas u online para seguir algunas de las mejores carreras.
Aunque no todo es malo, puesto que mientras Contador anuncia que lo dejará en el 2016, Alejandro Valverde, otra de las figuras española, seguirá hasta finales de 2017, cuando tenga 37 años; y Purito Rodríguez, que a sus 35 años parece que también apunta a 2016 como fecha límite a su carrera, con los Juegos Olímpicos de Río, y la Vuelta de después, como puntos finales. Lo que ocurra después es una incógnita, pero el ciclismo español ya llora sus marchas.